Dos palabras definen a esta viña: Orgánica y biodinámica
Emiliana partió hace 25 años su transición hacia ese tipo de agricultura
Acaba de sumar otro gran hito, al convertirse en la primera empresa en Chile en obtener la certificación Regenerative Organic Certified, que promueve prácticas regenerativas para los suelos, el bienestar animal y la justicia social.
Fecha de publicación
2023-03-27
Escrito por
Ciro Colombara C.
Chile podría llegar a liderar en el mundo la producción de vinos a través de la agricultura orgánica, biodinámica y regenerativa orgánica. Así lo cree Sebastián Tramón, gerente de sustentabilidad de Viña Emiliana, detallando que el país tiene condiciones climáticas y de salud en su agricultura para abordar dicho desafío. "En ese sentido, invitamos a todos las personas del rubro y a los consumidores a investigar, informarse y continuar el cambio para llegar a ese liderazgo. Nos gustaría que en un futuro cercano ser orgánicos, biodinámicos y regenerativos orgánicos sea lo común y que la agricultura basada en químicos fuera la excepción".
Respecto de los términos que menciona, Tramón explica que lo orgánico significa no utilizar en la elaboración de vinos agroquímicos sintéticos que tienen efectos nocivos para la salud y que los procesos tienen que ser orientados a cuidar los recursos naturales. "Para ser biodinámico, en tanto, primero hay que ser orgánico porque estamos hablando de prácticas adicionales, que reconocen la interacción de los reinos animal, vegetal, humano y mineral. A la vez, dichas prácticas buscan el balance natural y la conexión con los ciclos de la naturaleza. Un ejemplo es el uso de preparados biodinámicos, que son como medicina homeopática, para promover la salud del suelo y de los viñedos como principal estrategia para evitar plagas y enfermedades, potenciando así la calidad de nuestras uvas y vinos".
En cuanto al último concepto, Tramón cuenta una gran novedad. "Viña Emiliana es la primera empresa en Chile -y la viña más grande a nivel mundial- en obtener la certificación Regenerative Organic Certified (ROC), que promueve prácticas regenerativas para los suelos, el bienestar animal y la justicia social. Para certificarse, primero hay acreditar que uno produce de manera orgánica y comercio justo, porque no es solo implementar prácticas en los suelos, sino que tiene una mirada más amplia que entiende que en los ecosistemas y en la agricultura todo está conectado. Algunos de los requisitos para obtener la certificación son proteger los suelos y evitar que estén desnudos, manteniendo vegetación en ellos durante todo el año. También está la incorporación de materia orgánica en los suelos a través de compost, guanos o residuos de poda. Y exige, además, un compromiso con el pago de salarios dignos y otros requerimientos sociales".
-¿La agricultura regenerativa orgánica puede ser de gran ayuda para hacer frente al problema del cambio climático?
-Efectivamente puede ayudar a evitar la liberación de gases y a mitigar los efectos de eventos climáticos extremos. Lo que pasa es que, al poner más materia orgánica en los suelos, estamos incorporando carbono, y al evitar arar los suelos hacemos que ese carbono se quede ahí, generando además condiciones para que microorganismos vivan ahí y ayuden a fijar más carbono. Eso, sumado al menor uso de fertilizantes, disminuye las emisiones asociadas a la industria agrícola, que se estima son responsables de un 25% de las emisiones totales a nivel global.
El vino orgánico por excelencia
En el año 1998 Viña Emiliana comenzó la transición hacia la agricultura orgánica y biodinámica. "La premisa que tomamos fue buscar alternativas de producción que respetaran la naturaleza y sus ciclos, además de no generar riesgos para la salud de los colaboradores y de las personas que consumían nuestros vinos. También lo hicimos porque se obtiene una uva de mejor calidad, lo que se traduce en vinos de alta calidad y que expresan de mejor manera su lugar de origen".
-¿Y en qué año lanzaron su primer vino orgánico?
-El 2003. Coyam es nuestro vino insigne en donde la agricultura orgánica y biodinámica se ha convertido en una inspiración de trabajo, obteniendo en él la esencia de nuestros viñedos y la máxima expresión del 'terroir'. Se trata de un ensamblaje de variedades tintas basadas en Syrah y Carmenere, generalmente acompañado por uvas mediterráneas y de Burdeos.
Lo biodinámico pasa por la interacción de lo humano, animal, vegetal y mineral.