¿Qué me conviene más: comprar o arrendar?

Si se desea comprar, el consejo es no comprometer más de un 25% de los ingresos en el pago del dividendo mensual.  

Fecha de publicación

2013-09-30

Escrito por


Cámara de Comercio de Santiago


El sueño de la casa propia está cada vez más al alcance de una mayor cantidad de hogares en nuestro país. El aumento del empleo y los ingresos, las bajas tasas de interés hipotecarias y el apoyo de los sistemas de subsidio han contribuido a hacer más asequible la adquisición de un bien raíz para el grupo familiar.
Antes de tomar la decisión, sin embargo, debemos plantearnos la inevitable pregunta acerca de qué es lo que más nos conviene: arrendar o comprar. Ambas alternativas tienen sus ventajas y desventajas, y su conveniencia por sobre la otra depende de múltiples factores.
Las ventajas más evidentes de comprar la casa propia tienen que ver con el hecho de que al hacerlo estamos generando un patrimonio que nos servirá como un activo de inversión. Si adquirimos la vivienda con un crédito hipotecario, el pago mensual del dividendo no es un mero gasto (como ocurre con el arriendo), sino que se convierte en un ahorro para nuestro futuro.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que si la vivienda es propia, deberemos incurrir en una serie de otros gastos, incluidos los notariales, impuestos, seguros, los de mantención y refacción del inmueble en el tiempo y, por supuesto, las contribuciones.
Si la adquisición de la vivienda será financiada con un crédito hipotecario, se debe incorporar al análisis todos los elementos relativos al endeudamiento: por ejemplo, tener una holgura financiera que permita no comprometer más de un 25% de los ingresos en el pago del dividendo mensual. También hay que tener ahorros que permitan financiar el pie, idealmente equivalente a un 20 por ciento del valor de la vivienda. Si no se cumplen estas condiciones básicas, tal vez no es momento de comprar y es preferible optar por el arriendo.
Los precios de las viviendas y de los arriendos son, por supuesto, un factor determinante dentro de la decisión. Si los arriendos están extremadamente altos (por ejemplo, si superan el valor del dividendo de un crédito hipotecario) entonces puede ser una buena instancia para comprar ya que se gastará aproximadamente lo mismo mensualmente, con la diferencia de que será propietario y estará ahorrando. Por el contrario, si los arriendos están bajos tal vez conviene esa opción por ahora. Lo mismo si la persona tiene contemplado ampliar el grupo familiar a futuro o si, debido a su actividad, edad u otros, planea cambiar su lugar y tipo de residencia a futuro.
Tal como hemos visto en columnas anteriores, en planificación familiar no existen opciones únicas. Muy por el contrario, con los actuales mercados financieros, están prácticamente todas abiertas. Lo importante es identificar y evaluar en forma objetiva y responsable cada uno de los diferentes factores en juego.


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