"Es imposible no tomarle cariño a un vehículo"

Jorge Vilches habla de su fiel furgón del año 90

Pese a que este furgón, al que le dice "mi watercito", ha tenido dos grandes problemas con el motor de partida, no lo cambia por nada del mundo.  

Makarena Zapata R. 

Siendo aún joven, Jorge Vilches se casó con el primer gran amor de su vida, que tenía un puesto en la feria y continuaba con una tradición que heredó de sus abuelos y papás. Así fue cómo, hace más de 20 años, llegó a involucrarse en un rubro que apenas conocía a petición de su esposa. "Ella se dedicaba a la venta de ropa americana y yo partí ayudándole solo los fines de semana. Queríamos juntar plata para comprarnos una casa y así estuvimos un buen tiempo hasta que logré sacar una la patente para tener mi propio puesto. Pasó un buen tiempo antes que pudiera comprarme un auto, que fue un Suzuki ST90 del año 81", cuenta Vilches.
No fue hasta que pudo renovar ese vehículo que conoció al segundo gran amor de su vida: un furgón petrolero Mitsubishi de color gris, modelo L300 del año 90, que mantiene hasta el día de hoy. Se lo compró al dueño de una panadería y de inmediato lo puso a prueba cargándole toda la mercadería que necesitaba trasladar desde su casa al puesto de la feria Licanray en la comuna de Puente Alto.
"Más fiel no me podía salir este furgón. Es duro, resistente y aperra con todo. Me gustó tanto que al poco tiempo le compré otro igual a mi señora para que lo trabajara. Gracias a mi vehículo he logrado todas las cosas que tengo hoy día. Pese a que ha tenido dos panas relativamente grandes y otros dos ajustes de motor encima, sigue vivito y coleando. Parece que ve la llave y parte altiro mi watercito, como le digo con cariño", agrega entre risas.
-¿Y ha pensado en cambiarlo?
-No, mientras siga funcionando no pienso hacerlo. Aunque claro, los años no pasan por las puras y cada vez me cuesta más sacar la revisión técnica, por el tema de los gases y los neumáticos.
Vilches comenta que, al igual que él, muchos comerciantes debieran estar orgullosos de los vehículos de trabajo, "porque son los que ayudan a ganarse las lucas, al contrario de lo que sucede con los vehículos particulares, que son los que se comen la plata. Por eso, es casi imposible no tomarles un cariño especial".

"Es bien duro y resistente, aperra con todo", dice Vilches sobre su furgón.