La Nona es una panadería con una atención muy familiar

Rubén Torres abrió a fines de 2018 este negocio en Cerro Navia

Junto a panes y pasteles, su stock incluye también productos como abarrotes, artículos de aseo, escolares y ahora algunos para Navidad, como cintas y papeles de regalo.  

Ciro Colombara C. 

El regaloneo de su abuela Carmen es una de las cosas que más recuerda Rubén Torres, que no solo eran besos y abrazos sino también galletas, queques, tortas y pasteles, entre otras sabrosas recetas. "Ella fue la que me crió y siempre preparaba algo rico para que comiéramos en la casa. Todos en la familia le decíamos nona", cuenta con gran nostalgia y pena ya que falleció hace solo algunos meses. "Sin duda ha sido un golpe bien fuerte. Yo creo que de cierta manera ella me abrió el gusto por la gastronomía", agrega Torres.
-¿Usted estudió esa carrera?
-Sí. Estuve trabajando en hoteles, restaurantes y casinos, y la verdad es que siempre quise tener mi propio negocio. Hace un tiempo comencé a juntar un poco de dinero y decidí abrir una panadería, sin tener idea de qué trámites o permisos se necesitaban ni tampoco conocimientos sobre cómo administrarla. Partimos a fines de noviembre del 2018, aprendiendo en el camino no más. Se llama La Nona (Mapocho 6402, comuna de Cerro Navia).
Torres comenta que elaboran una amplia variedad de panes, como frica, pan de completo, colisas, pan pita y hallullas. "Esta última es la que tiene más salida, los clientes nos dicen que les gusta mucho por su forma delgadita y su gran calidad. Siempre hay fila para esperarla. Como ahora parte la temporada veraniega, se viene un alza en otra variedad, el pan pita integral. También hay un cambio en los pasteles con más demanda porque en el invierno se venden muchos berlines y masas de hojas como los cachitos. Con el calor la gente nos empieza a pedir productos como las tartaletas.
-¿Ha tenido que hacer muchos cambios en el negocio debido a la emergencia sanitaria?
-Principalmente un cambio en los horarios porque abríamos bien temprano para atender a las personas que se iban a sus trabajos y nos compraban por ejemplo un pastelito para el desayuno. Con el tema de la pandemia y la cuarentena tan larga que tuvimos, la mayoría estaban en sus casas así que tuvimos que adaptarnos a esa realidad abriendo un poco más tarde. Nuestro horario actual va desde las diez a las 14:30 horas y luego desde las 16:30 a las 20 horas.
-¿Y de qué forma compiten con los otros negocios del barrio?
-Tenemos un producto estrella, la hallulla, que atrae harta clientela. Concentramos la mayor producción en la tarde porque es cuando hay más movimiento así que vamos sacando con harta frecuencia el pan para que se lo lleven calientito. También ayuda el tener una línea complementaria de productos como abarrotes, artículos de aseo, escolares y ahora algunos para Navidad como cintas y papeles de regalo.
-¿Qué proyectos tiene a corto plazo?
-Por una parte, la idea es seguir incorporando más categorías de productos. Por otro lado vamos a ponerle tecnología al negocio ya que nos ganamos un fondo Sercotec que impulsa la digitalización. Estamos instalando un software de punto de venta de la empresa Red Almacén y en enero y febrero vamos a estar en marcha blanca. Yo creo que nos va a ayudar mucho a que la atención sea más rápida y también a tener un mayor control sobre los productos, por ejemplo lo que más se vende y lo que tenemos que reponer.

"Con el calor la gente nos empieza a pedir productos como las tartaletas", Rubén Torres Panadería La Nona.

 

Con el calor la gente nos empieza a pedir productos como las tartaletas Rubén Torres Panadería La Nona

Las hallullas son el fuerte, dentro de una amplia oferta.

"Vamos a ponerle tecnología al negocio ya que nos ganamos un fondo Sercotec", cuenta Rubén Torres.