Cómo ordenarnos con un simple presupuesto familiar

Esta herramienta es de gran importancia porque permite estructurar de manera responsable el consumo.  

Cámara de Comercio de Santiago

Realizar un presupuesto familiar es el primer gran paso para ordenar la economía del hogar. Cuando hacemos el esfuerzo de medir cuáles son nuestros gastos, abrimos la puerta a la posibilidad de estructurar responsablemente el consumo y a visualizar si vivimos de acuerdo a nuestras posibilidades o, muy por el contrario, gastamos sistemáticamente más allá de lo que permiten los ingresos.
Basta con un block de notas para anotar en forma ordenada y sistemática el tipo de ingresos y gastos que realizamos. Primero, se recomienda identificar las rentas fijas -como pueden ser las remuneraciones, pensiones u otras rentas mensuales- de aquellas rentas que tienen un carácter variable, como las asociadas a inversiones financieras, bonos o trabajos extraordinarios, que a menudo son menos predecibles y estables en el tiempo.
Para dar cuerpo al presupuesto de caja debemos identificar lo más detalladamente posible los gastos. Es conveniente clasificarlos por ítem, por ejemplo aquellos que son fijos -como el dividendo o el arriendo, los servicios básicos, los gastos en alimentación, educación y transporte- y los variables. Probablemente, estos últimos son los que dan más sorpresas porque son difíciles de medir más detalladamente y además a menudo son más abultados de lo que presuponemos. Aquí hablamos, por ejemplo, de lo que una familia desembolsa en vestuario y calzado, útiles de estudio, entre otros. Por último, están los gastos de carácter extraordinario, como aquellos relativos a la entretención y esparcimiento, regalos, reparaciones del hogar, del automóvil y también en vacaciones.