Este negocio del barrio Diez de Julio parece un set de televisión
Pastelería Doña Peta partió en 1949
Según su dueño, Diego Osbén, le interesaba que la decoración fuera como el living de la casa de una señora que vivió hace muchos años, lleno de antigüedades.
Fecha de publicación
2023-12-11
Escrito por
Ciro Colombara C.
El 24 de diciembre de 1949 don Óscar Agüero abrió la pastelería Doña Peta en el barrio Diez de Julio, que mantuvo a su cargo hasta los primeros años de la década del 2000, cuando decidió retirarse. Esa decisión no estuvo exenta de problemas ya que, como una parte de sus trabajadores lo acompañaban desde que partió, la indemnización que debía pagarles era muy alta. Como no contaba con ese dinero, la idea que tuvo fue cederles la pastelería. "Si bien en el papel fue un buen negocio para todos, en la práctica no dio resultados porque se generaron problemas entre ellos. Todos los trabajadores querían tomar sus propias decisiones y manejarla a su manera. Eso derivó en que el negocio quebrara en el 2018. En esa época aparecí yo", cuenta Diego Osbén.
¿Y quién es Osbén? Un antiguo cliente. "Yo venía a comprar a Doña Peta desde niño. Acá también compraban mi papá y mi abuelo así que la conocíamos muy bien. De hecho, fue mi padre el que me comentó que había cerrado y me propuso que nos hiciéramos cargo. Estuvimos trabajando un tiempo para arreglarla y sacar de nuevo todos los permisos que se necesitaban. Finalmente, el 3 de octubre de 2019 reabrimos. Con la idea de mantener 'la mano' de los productos, contratamos al mismo panadero y pastelera".
Oiga, ¿y usted sabe si doña Peta existió o es un nombre de fantasía?
"Cuenta la leyenda que Petronila era una persona que conocía a don Óscar Agüero y fue quien le dio la receta del pino de las empanadas que caracterizan al local. Los otros productos clásicos son algunos pasteles como los colegiales, los berlines con crema pastelera -que son los de mayor venta- y los calzones rotos. Esos productos están disponibles todos los días. Hay otros, en tanto, que hacemos solamente a pedido".
Diego Osbén cuenta que hace algunos años tomaron la decisión de reducir su catálogo de pasteles. "Como el barrio ha ido cambiando, y por ende el tipo de demanda, los pasteles ya no se estaban vendiendo tanto. Fue ahí cuando pensamos en producir en el día a día solo los de mayor venta y dejar otros -como repollitos, prusianos, milhojas y eclair- disponibles por encargo. A la vez, decidimos sumar el rubro de la sandwichería, ofreciendo completos, barros luco y churrascos, entre otros, tanto para servir acá como para llevar. Ese rubro es el que ha logrado mantener en pie al negocio".
¿La decoración interior de Doña Peta es la original o ustedes hicieron algunos cambios?
"Es una mezcla. Mantuvimos algunas cosas que eran íconos de la pastelería original, como algunos cuadros, el reloj y el letrero clásico. Yo incorporé otras cosas que, por ejemplo, eran de mi padre y abuelo. El concepto que tenía en la cabeza para la decoración se basaba en dos ejes. El primero, que fuera como el living de la casa de una señora que vivió hace muchos años, con muebles antiguos. De hecho, lo que quise hacer fue como un set de televisión de representara su casa. Lo otro que me imaginé es que Doña Peta era de Valparaíso y por eso hay cosas que le hacen un guiño a lo porteño, como por ejemplo un gabinete grande que tenemos, que pintamos como si fuera uno de esos tradicionales ascensores de Valparaíso. A eso se suman unos juegos, como el taca-taca, que de cierta manera representan la chilenidad. Si bien arriba de él ponemos algunos productos, no hay problema en usarlo. Modestamente, soy muy bueno para el taca-taca. Si me ganan, se pueden llevar su compra sin pagar".
¿Y qué horario de atención tienen?
"De lunes a viernes de diez de la mañana a ocho de la noche, los sábados y domingo de diez a 17:30 horas. ¿Y cómo es nuestra clientela? Ha cambiado bastante porque al sector llegaron muchos extranjeros. Diría que como el 25% son clientes que llevan muchos años viniendo al local, hay otros que vienen al barrio Diez de Julio y pasan a comprar acá porque han oído hablar de Doña Peta. Y están también las personas que vienen a comprar a la feria que se pone acá al lado los días domingos y después entran a la pastelería".
Pastelería Doña Peta
Dirección: Av. Diez de Julio 101-A
Contacto: Diego Osbén
Mail: pasteleriapetita@gmail.com
Teléfono: +56 9 4671 1465
"Me interesa mantener una tradición que partió hace más de 70 años", dice Diego Osbén.
La mismísima Doña Peta fue quien le entregó la receta de las empanadas al primer dueño del negocio.
La estética del local atrae a la clientela tanto como sus clásicos pasteles.