Camilo Sandoval refundó la empanadería de su abuelo

Don Lucho funciona hace cinco años

Diez son las variedades que ofrece esta picada de la comuna de Conchalí, entre las que destacan la de pino de vacuno, mechada con queso y la de queso-jamón en masa de hojaldre.  

Fecha de publicación

2022-11-07

Escrito por

Ciro Colombara C.

Don Lucho. Así se llama la empanadería que abrió hace cinco años Camilo Sandoval, nombre que es un sentido homenaje al abuelo que le transmitió la mayor parte de las cosas que sabe sobre dicho rubro. "El era un amasandero bien reconocido y trabajó gran parte de su vida para una empresa. La verdad es que ya era viejito cuando decidió independizarse, abriendo un negocio de empanadas que bautizó como La Escondida porque estaba en un pasaje de la comuna de Conchalí. Estuvo dos años trabajando así, porque luego le dio un cáncer y falleció, quedando el negocio botado".
-¿Nadie de la familia quiso seguir con el rubro?
-Lo que pasa es que cada uno tenía su propia actividad así que mi abuela empezó a vender las máquinas. A mí me dio un poco de angustia ver que todo iba a desaparecer porque una buena parte de nuestra historia está relacionada con el rubro. Por ejemplo, cuando mi mamá quedó embarazada de mí, tenía solo 17 años y mi abuelo le propuso que saliera a vender las empanadas que él hacía a las ferias y a otros lugares cercanos. Esa actividad le permitió tener un poco de dinero para criarme y también no tener que estar todo el día fuera trabajando en otras cosas".
Camilo cuenta que en este tiempo estudiaba gastronomía y trabajaba en un restaurante. "Con harto esfuerzo, con mi madre juntamos todo el dinero que pudimos para comprar las máquinas que aún tenía mi abuela y refundamos el negocio. Partimos vendiendo en las calles y en las ferias libres. Después de un tiempo pensamos en hacer una pequeña fábrica en la casa que arrendábamos, pero mi abuela nos ofreció una especie de cobertizo que hay en su casa y ahí construimos el local. Ahí ya se formalizó la Empanadería Don Lucho".
-¿Trabajan solo ustedes dos en el negocio?
-No, poco a poco hemos ido creciendo y sumando a más personas, hoy somos seis. Lo bonito es que la mayoría son familiares o cercanos, como por ejemplo una tía que ayuda a atender la caja. También mi pareja se ha sumado, ella estudió diseño gráfico y sin duda ha sido un plus en la parte estética y en el tema de las redes sociales (en Instagram @empanaderiadonlucho). Yo creo que ella ha logrado darle una identidad al negocio.
A propósito de lo anterior, Camilo Sandoval cuenta que la pandemia los impulsó a poner en marcha nuevas estrategias. "Con todas las restricciones sanitarias, se nos ocurrió la idea de armar una pequeña terraza afuera del negocio para que la gente pudiera sentarse a comer. Construimos algo de estilo rústico, parecido a las terrazas que uno ve en los locales de la playa. Ahí tenemos tres mesas, con tres sillas cada una".
-¿Cuántas variedades de empanadas elaboran?
-Diez, entre las que están las empanadas de pino de vacuno y de pino de pollo, junto con la napolitana, champiñón-queso y una que incorporamos hace poco que es la de mechada con queso. También tenemos algunas variedades en masa de hojaldre, como por ejemplo queso jamón. Yo soy el responsable de las recetas. Me baso en cosas que aprendí de mi abuelo, pero que he ido tratando de ajustar para hacer ciertas mejoras.
-¿Y qué elementos los distinguen frente a otros negocios del rubro?
-Por una parte, nuestras masas son bien características. También nos preocupamos mucho de la atención porque hasta el más mínimo detalle influye en el sabor y la textura del producto. Por ejemplo, nos interesa saber si la persona que viene a comprar se comerá la empanada de inmediato o la llevará a su casa. ¿Por qué? Porque en este último caso no se la calentaremos, ya que cuando llegue a su hogar lo más probable es que tenga que recalentarla y eso significa que se va a resecar, bajando la calidad de la empanada.
La Empanadería Don Lucho está ubicada en Eusebio Lillo 1905 (comuna de Conchalí) y funciona de lunes a miércoles de 12 a 21 horas, de jueves a sábado de 10 a 21 horas y el domingo desde las 10 hasta agotar stock, lo que en promedio sucede a las 18 horas.
 


Camilo junto a parte de su equipo de trabajo.

Camilo junto a parte de su equipo de trabajo.

Un elemento que los distingue es la textura de sus masas.

Un elemento que los distingue es la textura de sus masas.

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