Hermanas Olguín llevan cuatro décadas detrás del mesón

María Angélica, Ana y Gabriela son las responsables de la larga vida de almacén y bazar Copihue

Ana Olguín dice que si bien en su barrio hay harta competencia: "Nos concentramos en hacer bien las cosas nosotras".  

Ciro Colombara C. 

Una cajita de fósforos fue la inspiración para bautizar al bazar que María Angélica Olguín abrió hace más de 40 años en la comuna de Lo Espejo. "Junto a su pololo en ese entonces, que después se convirtió en su marido, pensaron en poner un negocio y empezaron a proponer nombres. Al final tenían muchas alternativas y no se decidían por ninguno. Un poco cansada de esa búsqueda, un día mi hermana vio una caja de fósforos Copihue encima de la mesa y le dijo al pololo por qué no le ponían así al local y terminaban con el tema", cuenta Ana Olguín.
Esta comerciante agrega que ella se integró al bazar desde sus inicios. "Al tiempo después se sumó otra hermana, Gabriela. Debo decir que para nosotras ha sido fácil trabajar en familia, creo que una ventaja porque las confianzas ya están desde mucho antes. Todas nos apoyamos y tenemos una muy buena relación, personal y comercial".
-¿Ha cambiado mucho el mundo del comercio en estas décadas?
-Ha cambiado bastante, sobre todo por la tecnología que va avanzando bien rápido. Nosotros somos personas de un poquito más de edad así que tenemos que andar corriendo detrás de ella (ríe). Recién el año pasado implementamos un sistema que permite a la gente pagar con tarjeta, por ejemplo. Tenemos también un POS, pero la verdad es que aún no logramos meter toda la mercadería que tenemos -que es harta- al sistema. Es que hace ya unos veinte años agregamos otro rubro al negocio así que desde entonces es el bazar y almacén Copihue.
-¿Y qué productos concentran hoy la mayor demanda?
-En la parte bazar están, por ejemplo, los artículos de cumpleaños y los cuadernos. En cuanto al almacén, productos básicos como el aceite y el azúcar. Ahora, la verdad es que vendemos de todo un poco, hay una demanda bastante pareja.
-¿En su barrio hay harta competencia?
-Sí, pero yo creo que alcanza para todos. Además, no nos fijamos en lo que hacen otros comerciantes, no miramos para el lado, solo nos concentramos en hacer bien las cosas nosotras. ¿Y cuál es el sello del negocio? Yo diría que la atención porque nos preocupamos mucho de la clientela. A la gente también le gusta mucho que cambiemos constantemente la decoración de acuerdo a las festividades que vienen. Lo adornamos, por ejemplo, con motivos alusivos al Día de la Madre o del Niño.
Dentro de las más recientes novedades del bazar y almacén Copihue, Ana Olguín destaca una remodelación tanto en la fachada como en su interior. "Está bien cambiado ahora, muy bonito. Hace unos meses, una empresa de equipamiento nos regaló una granizadora y la verdad es que fue furor para el verano. Ahora estamos viendo si podemos comprar una máquina de café pensando en la época más fría del año".
-Una última cosa. ¿Les gustaría que más adelante el negocio pasara a las generaciones más jóvenes de la familia?
-Las ganas están, por lo menos de parte nuestra. Ahora hay que ver si ellos quieren seguir el rubro, nuestros sobrinos son todos profesionales y, por decirlo así, nos apoyan anímicamente, pero no sé si se harían cargo del negocio y si serían capaces de manejarlo.

"Todas nos apoyamos y tenemos una muy buena relación, personal y comercial", Ana Olguín.

 

Todas nos apoyamos y tenemos una muy buena relación, personal y comercial. Ana Olguín

Dicen que en el local venden de todo un poco.