Felipe Camiroaga ocupa un lugar especial en la verdulería Matías

"Siempre fui fanática de él y para mí sigue vivo", dice María Silva

La dueña de este negocio dice que le gustaría incorporar productos de otros rubros. "Con mi hija estamos viendo la idea de tener una parte del local con artículos de bazar".  

Ciro Colombara C. 

"Un cacharrito que teníamos y que vendimos", como dice María Silva, fue lo que le permitió partir hace siete años -junto a su marido- con la verdulería Matías (comuna de Cerrillos) y dar sus primeros pasos como comerciante. "Yo trabajaba como asesora del hogar y tenía una patrona un poco abusadora así que necesitaba buscar una alternativa. El dinero que obtuvimos sirvió para hacer la inversión inicial y nos costó harto salir adelante. Por ejemplo, al tiempo se puso otra verdulería cerca y afectó harto las ventas. De hecho, estuve a punto de cerrar pero finalmente decidí no hacerlo".
-¿Y qué hizo para poder repuntar?
-Varias cosas, entre ellas ampliar la variedad de productos, ofreciendo también fideos, aceites, etc. A pesar del poco dinero que teníamos, nos preocupamos de arreglar un poco el negocio, decorándolo de una manera especial para que se viera más bonito y llamara la atención.
María Silva cuenta que siempre ha sido fanática de Felipe Camiroaga, "por eso me levantaba y me acostaba viendo TVN, seguía todos los programas que él animaba. Un día pude conocerlo, lo vi pasar y después se acercó al grupo donde yo estaba. Nos saludó y nos abrazó a todos. La verdulería está entera decorada con productos con su imagen, tengo fotos, calendarios y toallas, entre otras cosas. Todavía lo admiro y para mí él sigue vivo".
-¿Qué comentarios recibe de sus vecinos?
-Hace un tiempo salimos en la televisión y parece que todo el mundo nos vio porque después de eso muchos clientes llegaron a pedir artículos con la imagen de Felipe y yo les dije que no estaban a la venta porque son cosas mías que valoro mucho. En cuanto al negocio y a los productos que tenemos, la gente aprecia que siempre estén frescos. Mi marido va todos los días bien temprano, como a las seis de la madrugada, a Lo Valledor a comprar frutas y verduras. Cuando llega con la mercadería, ordenamos un poco y abrimos. A las nueve de la mañana comenzamos a atender.
Esta comerciante cuenta que, junto a su hija Tamara, trabajan en la verdulería hasta lo más tarde posible, tomando en cuenta las restricciones por la emergencia sanitaria. "Tratamos de ser una alternativa de los vecinos del barrio porque acá cerca hay otros negocios y en general cierran más temprano. Eso nos permite sumar esas ventas. A la vez, trabajamos de lunes a domingo y una ventaja que tenemos es que el negocio está en el mismo terreno que nuestra casa. Como todavía hay espacio disponible para crecer, con mi hija estamos pensando en sumar el rubro bazar y tener productos como perfumes y otros que sirvan, por ejemplo, para quienes andan buscando un regalo de cumpleaños. Tenemos guardada una vitrina que nos dio una señora que tuvo almacén y que lo cerró así que ya hay algo adelantado".
-¿Y ahora en verano han incorporado más productos?
-Estamos potenciando las bebidas. Por un tema de precios compramos principalmente Fruna pero queremos sumar también las de Coca-Cola. Yo estoy bien atenta a lo que hacen otros negocios y como, por ejemplo, en un almacén cercano venden las bebidas Fruna a $700 nosotros las tenemos a $600.

"Afuera del negocio tengo un huertito que mantengo con harto cariño",  María Silva.

Afuera del negocio tengo un huertito que mantengo con harto cariño. María Silva