Almacén El Negro es un miembro más de esta familia

Los Zúñiga Tapia llevan el comercio en la sangre

Marcelo Zúñiga cuenta que ha dedicado 24 de sus 40 años a este rubro. "El ser ordenado y también disciplinado ha sido de gran ayuda para que el negocio fuera creciendo".  

Fecha de publicación

2020-11-23

Escrito por


Ciro Colombara C. 


"A mí siempre me ha gustado el comercio, desde chico. Imagínate que a los 14 años partí como fletero en las ferias, llevando las compras de la gente a sus casas. Un par de años después, a los 16, empecé a trabajar en un kiosco que me regaló mi papá, esa fue la primera experiencia que tuve como vendedor", cuenta con entusiasmo Marcelo Zúñiga.
Han pasado 24 años desde esa "primera vez" y Marcelo sigue detrás de un mesón, eso sí ahora en un negocio de mucho mayor tamaño. "El local debe medir unos seis por seis metros. Desde el 2005 el almacén El Negro está ubicado en mi casa, en la comuna de San Ramón (Juan Williams 1421). Es un terreno que pude comprar al contado gracias a lo que tenía ahorrado y luego construir todo lo necesario para estar bien instalados con mi familia".
Para tener no solo una larga sino también una ascendente carrera como almacenero, hay dos características que han sido de vital importancia. "Yo soy bien ordenado y también disciplinado. Un hábito que tengo es juntar plata, haciendo incluso hartos sacrificios. Con mi señora, por ejemplo, no nos tomamos vacaciones por cinco años porque estábamos ahorrando para cambiar algunas cosas en el negocio. ¿Y por qué no pedimos un préstamo? Porque me cargan, es mucha la diferencia entre lo que uno pide y lo que termina pagando".
A propósito de sacrificios, Marcelo Zúñiga cuenta que el almacén El Negro atiende de lunes a domingo, en horario continuado, desde las diez de la mañana hasta la medianoche. "El domingo es el mejor día porque la mayoría de los negocios están cerrados".
-¿Y cuáles son sus principales categorías de productos?
-Tratamos de tener de todo un poquito para que los vecinos encuentren lo que necesiten en el local y lo que no tengo, lo anoto para traerlo lo antes posible al negocio. Eso es algo que ayuda a que la gente se mantenga fiel. Respecto a los principales productos, hay harta demanda de bebidas, helados, panes y cecinas. Además, no va bien con las verduras porque por el sector no hay muchas verdulerías.
Hace cinco años Marcelo Zúñiga incorporó al negocio los servicios de Caja Vecina, "algo que ha traído harta clientela y no solo me refiero a los vecinos sino a personas que viven más lejos. A nosotros nos dicen "caja segura" porque saben que estamos abiertos todos los días y solucionamos el problema de pagar cuentas, hacer depósitos o giros".
-¿Qué proyectos le gustaría concretar a corto plazo?
-Este verano quiero reorganizar los espacios para incorporar una gelatería. Otro proyecto tiene que ver con la digitalización del negocio porque creo que es importante sumar tecnología para que la gestión sea más eficiente. A la vez, eso me permitiría alejarme un poco del manejo del día a día, tener la posibilidad de ver a distancia lo que sucede. Llevo en este rubro más de dos décadas, me he sacrificado harto, al igual como lo ha hecho mi señora que también trabaja en el almacén, y creo que ya es el momento de empezar A disfrutar lo que hemos ido construyendo.
 


"Trabajar como Caja Vecina me ha traído harta clientela", afirma este comerciante.

"Trabajar como Caja Vecina me ha traído harta clientela", afirma este comerciante.

Marcelo Zúñiga dice que su señora y sus dos hijos son un tremendo apoyo.

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