La señora Iris lleva 40 años atendiendo en Vitacura

Su minimarket es conocido en el barrio como el Roy Roy

 

Rodrigo Sepúlveda S. 

La historia del minimarket y amasandería "Establecimientos Vitacura" comenzó con un quiebre amoroso. "El local lo empezó hace 40 años el padre de mis hijos. Pero a los dos años nos separamos, le compré el negocio y me hice cargo de todo", cuenta Iris Araos, propietaria del minimarket, ubicado en Avenida Vitacura 7144, local 4, entre las calles Miguel Comas y Carmen Fariña.
Pero el local no fue lo único que sobrevivió a la ruptura matrimonial de la señora Iris: hasta el día de hoy muchos de sus clientes siguen refiriéndose al establecimiento como el "Roy Roy", nombre con que el ex de Iris lo bautizó. "Ya ni me acuerdo por qué le puso así, pero todavía mucha gente dice que compra en el 'Roy Roy'. Estoy medio resignada con eso ya. Comenzamos muy de a poquito, con confites y empanadas, y después fuimos poniéndole más cosas. Sacamos patente para botillería y pudimos vender alcohol también. Hoy tenemos de todo. Nuestro fuerte está en el pan, que hacemos nosotros mismos, y en las empanadas de pino, queso y camarón queso", comenta Araos.
Hoy, el "Roy Roy" es un punto de referencia en el comercio de barrio de Vitacura. Araos ha visto cómo la principal avenida de esta comuna, entre Manquehue al poniente y Padre Hurtado al oriente, ha pasado de ser una zona completamente residencial a un imán para automotoras, restoranes, pubs y empresas que han instalado sus oficinas ahí, incluido el edificio corporativo de Microsoft en Chile. "Cuando me hice cargo del local acá había puras casas y edificios de departamentos. Pero de a poco esto se ha transformado en un sector súper movido para el comercio. Mucha de mi clientela son trabajadores, desde oficinistas rasos hasta gerentes, que vienen en la mañana para comprar algo para el desayuno y después a la hora de almuerzo y hasta para reuniones", detalla Araos.
Pero el fuerte de la clientela del minimarket está en las familias que habitan el sector desde hace años. "Tengo clientes que llevan décadas comprándonos. Con todos converso, les conozco toda la vida. Ahora me toca atender a los hijos y a los hijos de los hijos de mis clientes de hace 40 años. Muchos de los más viejitos han fallecido ya, y la cercanía que tenía con sus familias era tanta que iba a las misas y funerales. Son familias que conocemos de toda la vida. Eso se ha perdido un poco en la relación de almacenero y clientes".

Hasta juguetes tiene Iris Araos en su local.