Rinden honores a la tradición del comercio de barrio

Cavas de Lo Curro está enclavado en Vitacura

Según cuenta su dueño, para hacer las compras la gente busca negocios como su botillería y minimarket debido al trato amable y la relación cercana que se genera. También destaca la variedad.  

Ciro Colombara C. 

Los vecinos de Luis Pasteur a la altura del 6500, en Vitacura, son muy afortunados porque la mayoría de sus compras las pueden hacer en una misma cuadra. En cosa de minutos pueden entrar a una panadería, una verdulería, una pescadería y una botillería-minimarket. "Somos de los pocos negocios de barrio que van quedando por este sector y al estar uno al lado de otro, en conjunto tenemos gran parte de los productos que se necesitan en el hogar. Por acá hay buena afluencia de público, la gente valora los negocios tradicionales y los busca por su atención cercana, el poder conversar con los dueños y que ya conozcan sus gustos", dice Mario López, dueño de la botillería y minimarket Cavas de Lo Curro.
-¿Lleva mucho tiempo en este local?
-Desde agosto de 2009. Yo estudié gastronomía y trabajé administrando restaurantes por dos años. Después, con un tío, empezamos a conversar la posibilidad de asociarnos para hacer negocios, apareció esta oportunidad y la tomamos. El local ya funcionaba como botillería y al hacernos cargo decidimos hacer una serie de cambios con el objetivo de marcar un sello, diferenciarnos de la competencia.
López agrega que una de sus principales estrategias fue incorporar al tradicional stock productos poco habituales en otros negocios, "por ejemplo, en categorías como cervezas, jugos, aguas y por supuesto que en los vinos. Aquí trabajamos con algunas viñas que son más boutique, viñateros independientes. Pasa que las personas están buscando propuestas y cepas distintas, hace rato que salimos del cabernet sauvignon y creo que hasta el merlot y el carmenere van quedando poco a poco en segundo plano".
En el caso de las cervezas, este comerciante detalla que se esfuerzan por entregar un amplio abanico de propuestas a sus clientes, "a través de algunas marcas artesanales chilenas y otras importadas. Eso sí, nosotros no nos dedicamos a importar, no es ese nuestro objetivo. Somos más bien el local del barrio que trata de tener una atractiva variedad".
-¿Esta propuesta se extiende también a los productos que tienen en la parte minimarket?
-En esa parte, tratamos de concentrarnos en cosas que vayan bien acompañando a los vinos, como por ejemplo algunas galletas y snacks. Otras cosas que incorporamos son dulces y chocolates importados porque para mí una botillería no solo debe tener tragos. Ahí aparecen también los jugos naturales, las aguas tónicas y minerales. Es algo que nos interesa ir profundizando a corto plazo, abriéndonos a nuevos productos que vayan en línea con lo natural. Por ahí va nuestra diferenciación.
Tan atractivo como el stock de Cavas de Lo Curro es su decoración, donde destacan algunas lámparas antiguas que cuelgan del techo del local y su mobiliario. "Los anteriores dueños tenían un tema con las antigüedades y tratamos de mantener ciertas cosas. A la vez, nos preocupamos de tener muebles que se relacionaran con el rubro del negocio ya que, por ejemplo, el mesón se asimila a una barra. Otra cosa importante es que gran parte de los productos están al alcance de la mano de la gente. Pueden tomarlos, revisar sus etiquetas y, en el caso de los vinos, ver de qué valle provienen y cuáles son las características de su cepa".

"Gran parte de los productos están al alcance de la mano de la gente" 

"La gente valora los negocios tradicionales", comenta Mario López.

Les dio buenos resultados incorporar más variedad de productos.