Anclamar: el super mini de 160 mts²

El surtido es el gancho en este local de La Florida

Amplia variedad de categorías del local ayuda a paliar las bajas naturales que se dan por la estacionalidad en algunos casos, supliéndolas con la venta de otro tipo de productos.  

Fecha de publicación

2015-09-14

Escrito por


Ciro Colombara C. 


En el minimarket Anclamar les sacan el jugo a los 160 metros cuadrados que tiene el local que los alberga en la comuna de La Florida. Ese gran tamaño les permite dividir el negocio en varios sectores, como por ejemplo uno para las frutas y verduras, otro para artículos escolares y bazar, para alimentos de mascotas, artículos de aseo y confites, entre otros. "La gran variedad de rubros ayuda a paliar las bajas naturales que se dan por la estacionalidad en ciertas categorías y suplirlas con la venta de otro tipo de productos. El surtido es, a la vez, una de las razones que atrae a la clientela", dice su dueño, Héctor Santibáñez.
-¿El local es así de grande desde que partieron?
-No. Partimos en 1991 con la mitad del actual espacio. Pasado un tiempo, se presentó la oportunidad de comprar la propiedad aledaña. Hice unos cálculos y proyecté un crecimiento de las ventas entre el 20% y el 30%, algo que permitiría financiar de buena manera la inversión. Lamentablemente eso no se dio, el crecimiento fue más bajo, a lo que se sumó que por esa época se instalaron otros almacenes por aquí cerca. Todo lo anterior fue mermando la clientela e hizo que con mi familia pasáramos momentos muy complicados durante varios años. Afortunadamente, en el camino hubo gente comprensiva que nos ayudó y ya hemos retomado el ritmo, obteniendo buenos resultados.
-Crecer trae también un alza en los costos y muchas veces en el riesgo.
-Así es y lo sufrimos en carne propia. Es que uno no termina nunca de aprender en el mundo del comercio. Si al principio yo tenía mucha mercadería parada en bodega solo por obtener algún descuento, algo que a la larga afectaba mis resultados. Hoy manejo de forma distinta mi stock.
Junto con el surtido de productos, otro de los grandes ganchos que tiene Anclamar -palabra que surgió al juntar las primeras letras de los nombres de los hijos y la señora de Héctor Santibáñez: Andrea, Claudio y Marisela- es la venta de pollos asados y de papas fritas. "Si bien todos los días ofrecemos estos productos, el sábado se da la mayor demanda porque tenemos un precio especial, de $3.980 por el pollo entero. Yo diría que vendemos fácilmente unos 60".
-¿Qué proyectos tiene a corto plazo para el minimarket?
-El más cercano es cambiar de posición el área de las cecinas y del pan, dejarlos en el fondo para que la gente tenga que recorrer todo el minimarket para llegar a ellos y también por un tema logístico, porque desde ahí podemos tener una vista amplia del local. Otra idea que tengo es poner en la bodega un taller para procesar alimentos, como por ejemplo ensaladas o algún tipo de comida que podamos vender como colación, al igual que pasteles. A la gente del barrio le gustan mucho las cosas dulces, hay una demanda que podemos aprovechar.



"Uno no termina nunca de aprender en el mundo del comercio"
Héctor Santibáñez


Héctor Santibáñez aclara que partieron el 91 con la mitad de espacio.

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Pollos fritos, comida para mascotas; el surtido manda.

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