"Yo era pobre, sé lo que es comer hojas de trébol"

Ruth Canales se considera una psicóloga sin título

Por su orígen y su forma de ser, la administradora de este local se distingue por la especial atención a sus clientes.  

Valentina Espejo D. 

"Toda la vida soñé con atender, con decirte que de niña jugaba a envolver paquetes, siempre tuve ese espíritu. El contacto con la gente es lo que más me fascina porque en el negocio tú vienes siendo como una psicóloga sin título. Las personas te hablan y te cuentan sus cosas. En la vida alguna gente es bolsillo, mano, pie; yo soy oído", se describe Ruth Canales.
Y hay varios motivos por los que entra y sale gente del bazar Cordonería Universal 1 (Carmen 1702, Santiago Centro). Ya sea para cargar la Bip; comprar útiles escolares, salir de apuros con alguna costura o simplemente para curiosear las antigüedades de este viejo almacén. Ella llegó a trabajar al boliche inaugurado por una pareja de españoles cuando apenas tenía 18 años. En ese entonces, trabajaba para el hijo de los sevillanos, Manuel Hojas, quien actualmente le arrienda el negocio.
-¿Por qué tiene tanta buena onda con los vecinos?
-Porque antes yo era pobre y sé lo que es comer hojas de trébol para engañar el estómago. Cuando me casé a los 16 años no tenía nada, ni un cuchillo y gracias al negocio pude incluso educar a mi hijo que es cineasta. Por eso estoy para lo que necesiten mis vecinos. Si alguien me llama preguntándome por lana color fucsia y no la tengo, le pregunto a qué hora la pasará a retirar, voy y la consigo. Sea lo que sea, yo lo tengo.
-¿Conviene tener el servicio de recarga de la Bip?
-A los locatarios se nos está castigando porque la gente no recarga grandes sumas de dinero. Hace siete meses que el Metro tomó la concesión de la tarjeta y las ganancias de ahora no cubren el gasto de la mantención del servicio. Hace un tiempo atrás yo sacaba hasta 230 mil pesos y ahora estoy sacando 150 mil.

"Sea lo que sea, yo lo tengo", afirma Ruth Canales.