Con este carrito cero kilómetros las ventas se han disparado

Fosis se puso con nuevas herramientas de trabajo

"A la gente le da mucha más confianza comprar algo cuando ve un carro así de reluciente", dice Margot Rojas, una de las favorecidas.  

Ciro Colombara C. 

Margot Rojas toma un pañito y con él limpia la superficie de su carro de mote con huesillos. Esta es solo una de las tantas veces en el día en que, meticulosamente, llevará a cabo esa misma acción para que su valioso instrumento de trabajo luzca impecable. Es que para esta comerciante la limpieza y correcta manipulación de los alimentos cobra tanta relevancia como la venta de sus productos. "Al chileno le gusta harto comer en la calle pero también se fija mucho en qué lugar hacerlo, si está bien aseado por ejemplo y almacena de buena forma la comida. Nosotros tenemos además todos los permisos a la vista, por ejemplo el del Seremi de Salud, para darle más seguridad aún a los consumidores".
Margot es una de los 21 emprendedores de Estación Central que formaron parte del proyecto "Fortalecimiento de Microemprendimientos Populares", ejecutado por el Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis) y que contó con el apoyo de dicho municipio. Esta iniciativa, que también benefició a otras comunas de la Región Metropolitana, terminó hace un par de meses con la entrega de carros isotérmicos "cero kilómetros" para que dichos comerciantes pudieran vender en la calle sus productos. Tal como cuenta la directora ejecutiva de Fosis, Bárbara Veyl, "el proyecto apuntaba a personas que comercializan comida en la vía pública en condiciones precarias, principalmente jefas de hogar. Cada uno de ellos recibió una capacitación, un carro avaluado en alrededor de un millón cien mil pesos y apoyo en la tramitación de todos los permisos sanitarios que se necesitaran".
Margot Rojas cuenta que dicha iniciativa les cayó del cielo. "Junto a mi marido, hace ya nueve años que nos dedicamos a la venta de mote con huesillos y la temporada pasada le había dicho que quería un carrito nuevo. El otro se había portado bien pero ya no aguantaba más capas de pintura, le habíamos hecho todos los arreglos que se le podían hacer. Fue muy especial que se abriera esta oportunidad entonces".
-¿Y qué tal han sido los resultados con la nueva herramienta de trabajo?
-Buenos, nos han subido las ventas y hemos podido captar nueva clientela. Nosotros nos ponemos afuera de un liceo en calle 5 de Abril y muchos niños llegan a decirnos que el carrito tira mucha pinta. Por el sector circula harta gente, dos veces a la semana se pone una feria libre muy cerca y también hay un estacionamiento de micros del Transantiago. Hay harta gente que compra mote con huesillos y creo que influye harto el que vean un carro reluciente, es algo que da confianza.

Margot y Ángel llevan algo más de nueve años dedicados a este rubro.

Acaba de partir la temporada fuerte para el mote con huesillos.