Pequeños comerciantes en primera línea

Negocios de barrio juegan un papel muy importante en esta emergencia sanitaria

Almacenes, verdulerías y minimarkets se han adaptado rápidamente a las restricciones impuestas en el país para disminuir el impacto del Coronavirus y poder así seguir abasteciendo a sus vecinos.  

Fecha de publicación

2020-04-06

Escrito por


Ciro Colombara C. 


Almacenes, minimarkets y otros tantos negocios de barrio nuevamente están al lado de sus vecinos para mantenerlos bien abastecidos, dejando más que claro el importante rol que cumplen tanto en el día a día como en situaciones de emergencia que se dan por ejemplo después de un terremoto, en un estallido social o en una alerta sanitaria como la provocada por el Coronavirus, que ha alterado la rutina de gran parte del país. Es que más allá de las restricciones que se han establecido para prevenir los contagios, los comerciantes han seguido con las cortinas arriba, obviamente también enfrentando algunos cambios.
En el minimarket Ocaranza esos cambios han sido profundos. Ubicados en la comuna de Providencia, a solo unas cuadras de la Plaza Italia, Alejandro Ocaranza cuenta que si bien durante los últimos meses del año pasado pudieron mantener las ventas, a partir de enero comenzaron a bajar. "En febrero y marzo se estabilizaron un poco, pero luego llegó el tema de la pandemia y ahí el impacto fue fuerte. Empezamos a trabajar menos horas -desde las nueve hasta las 15 horas- y con turnos diferidos, con la mitad del personal".
Este comerciante agrega que por la seguridad de su gente y también la de su clientela, todos los que atienden usan mascarillas y guantes. "Durante el día constantemente limpiamos y desinfectamos las cubiertas de los mesones porque sabemos que el virus se puede contagiar con facilidad. A la vez, luego de cerrar el local hacemos una desinfección profunda".
-Pero igual los vecinos del barrio agradecen este tipo de medidas y el que sigan atendiendo.
-Sí, agradecen el que estemos atendiendo y poder así hacer una rutina un poco más normal. Para facilitar el abastecimiento, tenemos un teléfono al que nos pueden llamar para que les despachemos a domicilio, algo que es de gran ayuda sobre todo para los adultos mayores, que son hartos en esta zona. También he notado es que la gente es muy respetuosa de las medidas que hemos tomado. Por ejemplo, no pueden entrar al local más de ocho personas de forma simultánea y hay una línea en el piso para que no se acerquen mucho a los mesones cuando los estamos atendiendo. Ese tipo de cosas las han acatado muy bien.
Alejandro Ocaranza agrega que los negocios de barrio son muy valorados porque establecen un vínculo cercano con sus clientes. "Eso se percibe más en una emergencia como la que estamos enfrentando porque, como la comuna está en cuarentena, los vecinos son los únicos que vienen, no hay compra al paso así que uno juega un papel importante para el barrio".
-¿A causa de esta emergencia ha incorporado nuevas categorías de productos o nuevas marcas?
-Sí, hemos incorporado otras marcas porque hay algunas que dejaron de llegar debido a quiebres de stock, como por ejemplo harinas y levaduras.
Ventas online se disparan

Después del 18 de octubre, Yeanette Rodríguez y Francisco Martínez, dueños de la verdulería Flor de Loto, estaban sorprendidos por las largas filas de gente que esperaba comprar en su local. Estas últimas dos semanas la sorpresa de este matrimonio ha sido similar, pero frente a lo que sucede con su página web, ya que casi se ha triplicado la cantidad de personas que hacen compras online. "Es tal la demanda que cada cierto tiempo cerramos la página unas 12 horas para descomprimirnos un poco, cumplir con los pedidos ya agendados y luego procesar más. A eso hay que sumar los encargos que llegan por teléfono y WhatsApp", cuenta Yeanette.
-¿Y de qué forma se han organizado para cumplir con esa mayor carga?
-Tenemos más gente trabajando. El año pasado éramos ocho personas y ahora somos 14. En el caso de los pedidos más cercanos acá en Las Condes, los entregamos en una bicicleta con carro. Los otros los llevamos en dos camionetas, que cubren también Las Condes, Providencia, La Reina, Ñuñoa y Vitacura.
Yeanette Rodríguez dice que una situación complicada como la que estamos viviendo se ha hecho notar el peso que tienen las herramientas tecnológicas para los negocios de barrio. "Nosotros ofrecemos compra online hace cuatro años y hace un tiempo incorporamos también los servicios de las aplicaciones como Cornershop, Pedidos Ya y Rappi. A los comerciantes que no se atreven con este tema les diría que tienen que sumarse lo antes posible porque hacia allá van las ventas en el futuro".
-¿Y en el caso de su local, han tenido que modificar muchas cosas para funcionar con seguridad?
-Estamos con un horario más reducido, hasta las 17 horas. En cuanto a la atención, usamos
mascarillas y guantes. También dejamos entrar solamente a un par de personas a la vez, algo que los clientes han entendido y respetan sin problemas. Lo que nosotros vemos por parte de los clientes es un gran agradecimiento por el hecho de estar abiertos, tener productos frescos y ofrecer despachos a domicilio. En ese sentido, creo que negocios de barrio como el nuestro van a permanecer en el tiempo porque tienen un vínculo muy cercano con sus vecinos.
La atención manda
Mayor tiempo en abastecerse, quiebres de stock de algunas marcas y alza de precios. Esos son los principales efectos que Eduardo Hernández ha notado desde que partió la emergencia sanitaria causada por el Coronavirus. "Yo hace muchos años que soy cliente de La Oferta y habitualmente hacía los pedidos por teléfono. Eso es algo que se cortó con esta situación y sus locales se llenaban de comerciantes, sobre todo los primeros días, porque ahora el panorama es distinto. En el caso de grandes proveedores, como Coca-Cola o CCU por ejemplo, los despachos ya no llegan de un día para otro sino que en 48 horas. Respecto a los precios, uno parte se explica por el alza del dólar porque hay categorías donde muchos productos llegan de afuera, como en el caso del arroz y los aceites. Lamentablemente, también hay un poco de especulación", detalla el dueño del minimarket Yohanna.
-¿Y la rutina del negocio ha cambiado mucho estos últimos seis meses?
-Por suerte no sufrimos problemas luego del estallido social porque estoy en un sector muy tranquilo de la comuna de Santiago, en Victoria con Lord Cochrane. Sí tuvimos una demanda impresionante los días posteriores al 18 de octubre y algo similar pasó hace algunas semanas, cuando anunciaron que la comuna de Santiago iba a quedar en cuarentena. Ahora el flujo es menor, porque obviamente hay restricciones para salir a la calle, pero tenemos una venta constante. Además, ofrecemos despacho a domicilio.
-Los negocios de barrio, como su minimarket, están jugando un papel importante en esta contingencia.
-Yo creo que sí. Creo que en general las personas nos prefieren frente a negocios más grandes por la atención, eso sin duda marca una diferencia. Otras cosas que son importantes para captar y mantener fiel a la clientela es la limpieza del local, que esté bien iluminado y por supuesto el surtido de productos...hay que tener de todo un poco. Respecto a la gente, sin duda valora el que nos mantengamos atendiendo aunque hay que reconocer también que los chilenos somos un poco especiales, tenemos memoria de corto plazo. En medio de una situación complicada agradecen a los pequeños comerciantes pero cuando todo se normaliza una gran parte vuelve a hacer todas sus compras en los supermercados.


"La gente es muy respetuosa de las medidas que hemos tomado", destaca Alejandro Ocaranza.

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Yeanette Rodríguez dice que las compras online se triplicaron.

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La atención marca la diferencia, es la consigna de Eduardo Hernández.

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