Santiago tiene una oferta muy fresca de pescados y mariscos

Terminal Pesquero Metropolitano destaca por su gran variedad de productos

El sector mayorista comenzó a funcionar a mediados de los años 90 y hoy cuenta con 118 locatarios. Su alcance es amplio ya que atiende a clientes entre la Cuarta y la Séptima Región.  

Fecha de publicación

2019-12-02

Escrito por


Ciro Colombara C. 


118 locatarios en el sector mayorista y 20 en el minorista son el cuerpo y alma del Terminal Pesquero Metropolitano, el heredero de una larga historia construida en el mercado de calle Balmaceda y que opera hace casi dos décadas y media en instalaciones (Américo Vespucio 1.500, Lo Espejo) que cuentan con todo el equipamiento necesario para trabajar de la mejor manera posible productos tan delicados como pescados y mariscos. "Este terminal es una donación que hizo el Estado japonés a Chile en 1995. Aquí llegaron gran parte de quienes trabajaban en el antiguo mercado, el que estaba generando algunos problemas en el sector de Balmaceda, que para esa época ya se había convertido en una zona mucho más residencial. Se partió solo con mayoristas y el año 2004 se creó la parte de los minoristas", cuenta el gerente general de la administración del terminal pesquero, David Valenzuela.
El ejecutivo agrega que al mes se transan en el Terminal Pesquero Metropolitano cerca de 1.300 toneladas de productos del mar. "El mejor periodo es Semana Santa, esos pocos días hacen la misma cifra que un mes normal. En cuanto a los elementos que nos distinguen, hay que destacar la enorme variedad y los precios. Por ejemplo, diría que por kilo de pescado en promedio estamos $1.000 más abajo que las ferias. Tenemos también un fuerte compromiso con el medio ambiente y hace dos años y medio partimos con un proyecto de reciclaje de los residuos orgánicos, la mayor parte de los cuales se transforma en harina de pescado".
En el sector mayorista quedan hoy cerca de 12 comerciantes que llegaron del mercado de Balmaceda. María Elisa Moyano es una de ellas, quien cuenta que gran parte de su vida la ha dedicado al rubro. "Yo comencé a trabajar a los 17 años, llevo 41 años en esto y tengo que decir que me encanta lo que hago. En los negocios todos los días son distintos y si llegan muchos clientes uno puede ganar una buena cantidad de plata, como también se puede perder dinero si hay poco movimiento. Siempre hay mucha adrenalina dando vuelta. Yo manejo dos locales -el 33 y el 65- además del 18, que es un espacio donde tengo un contenedor. Soy una de las pocas mujeres "patronas" acá en el terminal".
-¿Qué productos trabaja?
-Mi oferta es bien variada. Vendo machas frescas que son de Coquimbo, ostiones de Tongoy, choritos, maltones, cholgas y erizos de la Décima Región, picoroco que viene de Calbuco y piure de Puerto Montt, entre otros. A la vez, comercializo productos congelados como salmón, ostiones, camarones, surtidos de mariscos, etc. Esos me los entrega acá la empresa Poseidón.
Patricio Ulloa es otro de los comerciantes del sector mayorista y se especializa en la reineta. "Podríamos decir que hago el trabajo completo porque tengo un par de embarcaciones así que nos encargamos tanto de la pesca como de la venta. Mi local se llama Pasadac, que lo armé tomando algunas letras de los nombres de mi mamá, mis hijo y mi hermano. Yo he tenido una vida bien sacrificada pero gracias a Dios he podido formar una pequeña empresa".
Oriundo de Lebu, Patricio cuenta que viene de una familia de bajos recursos y que tuvo que empezar a trabajar desde pequeño. "A los diez años recolectaba maricos a la orilla de la playa y a los 13 años me subí a un bote y me dediqué al mar. A Santiago llegué cuando tenía 30 años, buscando mi dinero...lo que pasa es que vendí unos productos a una persona que no me los pagó y decidí viajar para cobrarle. Finalmente me quedé acá y hace diez años que estoy como locatario en el terminal".
-¿Qué tipo de clientes atiende?
-Principalmente comerciantes de ferias libres, yo atiendo pocos restaurantes. Hay algunos que vienen hace años a comprarme, es que cuando uno trabaja con seriedad y responsabilidad se gana la confianza de los clientes. Lo que les ofrezco es también un producto de calidad porque la mayor y mejor producción de la reineta viene de la Región del Biobío, de la zona de Lebu. Por ahí por 1997 empezó a aparecer este pez en dicha zona, antes se pescaba más bien en Valparaíso. Se trata de una especie migratoria y nosotros la traemos gran parte del año, solo un par de meses durante el invierno no la trabajamos porque se va más hacia el sur".
Al igual que Patricio Ulloa, la mayor parte de la clientela de María Elisa Moyano son feriantes. "Vienen de varias comunas a abastecerse acá. También atiendo a comerciantes del mercado Matadero".
-¿Hay una buena demanda en diciembre?
-No es un mes muy movido. La gente que vine a comprar pensando en las comidas de Navidad y Año Nuevo lleva solamente un par de productos: salmón y camarones. Yo los tengo como parte de mi stock así que de todas maneras aprovecho esas ventas pero muchos mayoristas trabajan otros productos así que no es un periodo bueno para ellos. Acá en el terminal, la mejor época va desde el mes de marzo hasta el 18 de septiembre.
El arte de filetear
Junto a los dueños y administradores de los locales, hay otros personajes que son una pieza fundamental del engranaje que mueve de martes a domingo al Terminal Pesquero Metropolitano. Uno de ellos son los fileteadores como Violeta Reyes, que trabaja en la pescadería Capitán Byron (del sector minorista). "Hace 22 años partí en el rubro de los pescados, en una planta procesadora que quedaba en el paradero 25 de Santa Rosa. Ahí me encargaba de sacarles la cabeza y la piel a los pescados pero con el tiempo fui aprendiendo de mis compañeras cómo filetear. Después me puse a trabajar en una pescadería que se llamaba El Ancla y sus dueños trabajaban también en la parte mayorista del terminal. Cuando cerraron ese negocio me dijeron que me viniera al mercado para ayudarlos porque justo se estaban abriendo los locales minoristas".
-¿En este oficio hay más mujeres que hombres?
-Son muchos más los hombres, no sabría decirle por qué. ¿Y qué destrezas se requieren para el trabajo? Lo más importante es no tenerle miedo al cuchillo. SI uno le tiene miedo, va a pasar entero cortado. A mí me encanta lo que hago y pienso que sacarle hasta la más mínima espina es un arte. Es súper satisfactorio cuando uno ve que los caseros vuelven al local a hacer sus compras y me dicen que pudieron disfrutar de un rico pescado que estaba limpiecito.
Violeta Reyes dice que, cierto sentido, los que llevan a cabo este oficio se convierten en la cara visible de la pescadería. "Si uno no hace bien el trabajo, lo más probable es que el cliente no vuelva a comprar al local porque no tuvo una buena experiencia. Aquí yo puedo certificar que el pescado que se llevan todas las personas que vienen a hacer sus compras son de calidad, fresquitos y sin ninguna espina".





El objetivo es convertirse en un polo turístico


Los planes del Terminal Pesquero Metropolitano apuntan en dos sentidos. Uno de ellos es empujar el consumo de productos del mar entre la población, para lo cual han hecho una serie de convenios con colegios y universidades. "Lo que buscamos es enseñarles a niños y jóvenes en los colegios la enorme variedad de productos que hay en Chile para que los incluyan en sus dietas. En las universidades nos interesa tener vínculos por ejemplo con las escuelas de gastronomía, todo con el objetivo de ir educando a las nuevas generaciones", explica David Valenzuela.
El ejecutivo comenta que el otro proyecto apunta a convertir el mercado en un centro turístico más de Santiago. "Para eso estamos ya con algunos food trucks con distintos tipos de comida y vamos a poner ferias artesanales y otras de emprendimiento. A la vez nos interesa aumentar la cantidad de cocinerías para que la gente pueda degustar un rico plato con los pescados y mariscos más frescos de la capital".
  "De la zona de Lebu traemos la mejor reineta", afirma Patricio Ulloa.

"De la zona de Lebu traemos la mejor reineta", afirma Patricio Ulloa.

"Una gran variedad de productos, muy frescos y con atractivos precios. Eso nos distingue,", dice Valenzuela.

"Una gran variedad de productos, muy frescos y con atractivos precios. Eso nos distingue,", dice Valenzuela.

María Elisa Moyano lleva 41 años trabajando en este rubro.

María Elisa Moyano lleva 41 años trabajando en este rubro.

Violeta Reyes dice que en una noche puede filetear mil kilos de reineta.

Violeta Reyes dice que en una noche puede filetear mil kilos de reineta.

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