Pequeños comerciantes han demostrado tener su camiseta bien puesta

Y los vecinos del barrio son los más agradecidos

En las ferias libres, verdulerías, almacenes, minimarkets y panaderías han hecho todos los esfuerzos posibles para mantener bien abastecidos a sus vecinos.  

Ciro Colombara C. 

Marcela Correa abre la cortina de la verdulería Lourdes a las 8:30 horas y cierra entre las 18:30 y las 19 horas. Si bien parece un horario no tan extenso -tomando en cuenta que muchos pequeños negocios suelen trabajar hasta más avanzada la noche- lo que hace Marcela es destacable porque se da en el contexto de un movimiento social que recorre las venas del país y que se ha traducido en constantes manifestaciones en las calles, marchas, cacerolazos, paros y lamentablemente también algunos hechos de violencia.
"Más allá de las protestas nosotros hemos trabajado igual todos los días, con cierta incertidumbre eso sí porque estamos a un par de cuadras de la plaza y del metro Santa Ana (Catedral 1390), por donde han pasado hartas manifestaciones. Ahora, en general, hemos podido atender tranquilos".
Al igual que esta comerciante, muchos otros pequeños negocios en todo Chile han jugado un importante papel en este convulsionado escenario, entregando una alternativa de abastecimiento a sus vecinos. "La gente agradece encontrar cerca de sus casas un lugar abierto donde hacer sus compras. En esta calle se da algo especial porque hay cuatro o cinco negocios pegados y gracias a Dios todos hemos seguido funcionando. De todas maneras hay personas que se molestan porque estamos trabajando y que me dicen que les gustaría que cerrara para que se pudieran visibilizar más los problemas sociales. Sin dudas es complicado porque tengo que solventar los gastos de la casa y de mi familia".
-¿Han tenido problemas para abastecerse?
-En Lo Valledor las cosas están normales así que las compras las hemos hecho sin problemas. En mercadería como abarrotes ha sido más complicado, no porque no haya stock sino porque a las empresas les cuesta entrar al centro a repartir los productos, por los tacos y las calles cortadas.
Marcela Correa cuenta que en estos días WhatsApp ha sido una herramienta muy útil para el negocio. "Hartos vecinos me escriben para preguntarme si la verdulería está abierta o para ver si tengo tal o cual producto. Así, cuando salen de la casa saben que van a la segura.
-¿Cree que las personas valoran el esfuerzo que hacen comerciantes como usted?
-Creo que la gente ya valora a los pequeños negocios pero tal vez de aquí para adelante lo haga aún más. Nosotros hemos sido de gran ayuda para el barrio en estos momentos tan complicados que estamos viviendo.
Triplicaron la producción
En la amasandería SuperPan han estado produciendo esta última semana casi el triple de pan que lo habitual. "Sabemos lo importante que es tenerle a la gente el pan para su desayuno y para la once así que si bien estamos muy cansados, también estamos felices de poder cumplirles", cuenta Gonzalo Montenegro, su dueño. Este comerciante agrega que al segundo día de las manifestaciones se dio cuenta que había mucha necesidad de los vecinos por encontrar lugares donde abastecerse. "Por eso la decisión que tomé fue abrir dos horas antes. Ha llegado harta clientela no solo de aquí de Quinta Normal sino también de otras comunas como Renca y Cerro Navia. En todo caso, como me preparé trayendo dos personas más, hemos podido atender bastante rápido".
-¿Qué tipo de comentarios ha recibido?
-La gente nos agradece mucho el que hagamos el esfuerzo de seguir atendiendo como si fuera un día normal, con un buen surtido de pan y también de los clásicos productos de un minimarket. De hecho, harta gente que entraba al negocio me decía que se sentía aliviada al ver que teníamos de todo. En cuanto a la demanda, una cosa que me llamó la atención fue que aumentó mucho la venta de dulces, tal vez porque hay mayor ansiedad en el ambiente o porque hay pocos negocios abiertos con esa oferta de productos.
-¿Y qué ha pasado con los precios?
-Hay cosas que las estamos comprando más caras y hacemos el esfuerzo para no traspasar esa alza a la gente pero no siempre se puede. Por ejemplo, la harina me la subieron $3.000 de un día para otro así que tuve que aumentar un poco el precio del pan, $100. Yo tengo pensado ahora publicar en mis redes sociales todas las alzas que tengan las marcas para que la gente sepa el valor al que estoy comprando. Ese mismo monto extra lo voy a subir a mis precios, nada más, no voy a aplicar ningún margen extra. ¿Por qué lo hago? Porque creo que es importante mantener la transparencia con la clientela.
Vecinos agradecidos
"Las ferias siempre le hemos cumplido a la gente. Lo hicimos el 2010, cuando volvimos a funcionar inmediatamente después del terremoto, y lo estamos haciendo ahora. Todos estos días hemos trabajado con normalidad en las distintas posturas que tenemos entre los días martes y domingo aquí en Maipú", cuenta Manuel Rifo.
Este comerciante, que trabaja hace un par de décadas el rubro de las frutas, agrega que en "esta zona de la comuna abastecemos a una población que es trabajadora, obrera, que se levanta temprano todos los días para ir a trabajar y vuelve tarde a la casa. Lo que hemos visto es que se queda un poco más tranquila al saber que seguimos funcionando sin problemas. Los vecinos nos valoran harto, tenemos una relación cercana con ellos. Las ferias libres son parte de los distintos barrios de Chile y juegan un papel bien importante.
Damos una gran cantidad de empleos y también actuamos como reguladores de precio en el mercado".
-¿Ha tenido problemas para abastecerse?
-Hay escasez, la que tiene que ver más bien con que estamos justo en el cambio de temporada de las frutas. Por eso es una época donde habitualmente hay alzas en los precios. Ahora, a esa situación también se suma lo que está pasando en el país y como no faltan los que se aprovechan, ponen precios más altos. Otra cosa es que, con el toque de queda, se han modificado los horarios de las compras y, por ejemplo, Lo Valledor estuvo un poco colapsado el lunes, martes y miércoles de la semana pasada.
Rápida atención
Para seguir funcionando con normalidad en el Emporio Don Joaquín cuentan que han tenido que cambiar su forma de abastecerse. "Es que las grandes empresas no están con reparto así que vamos a La Vega Central diariamente y tenemos un par de vehículos dando vueltas por distintas partes para comprar todos los productos que puedan. Eso ha significado, por ejemplo, comprar algunas marcas que habitualmente no trabajábamos. La verdad es que nos ha dado resultado este sistema ya que estamos bien abastecidos", cuenta Cristián Gutiérrez.
Este comerciante agrega que, junto con los vecinos del sector de Providencia, donde se ubica su negocio, han recibido a harta gente de la comuna de Ñuñoa e incluso de Las Condes. "Lo que pasa es que por las redes sociales se corre la voz de los locales que están funcionando. Si bien a veces se hacen filas, en general la velocidad de atención es bastante buena -unos 20 o 30 minutos- porque hemos habilitado dos cajas auxiliares. Como tenemos cercanía con muchos vecinos, les preguntamos si es necesario -por ejemplo en el caso de una familia de tres personas- que lleven una gran cantidad de panes o de leche. La idea es que compren lo que efectivamente necesitan, diciéndoles además que vamos a seguir abiertos y bien abastecidos para atenderlos".
-¿Ha habido muchas alzas?
-A excepción de unos pocos productos, en general no hemos subido los precios. Siempre hemos sido muy conscientes y no se nos pasaría por la cabeza aprovecharnos de una situación complicada.
-Finalmente, ¿cuál diría que es el papel que ha jugado el pequeño comercio?
-Un papel importantísimo porque en muchos barrios son la única alternativa para que la gente se abastezca. De cierta manera, nosotros sentimos una responsabilidad con los vecinos y también con nuestros trabajadores. De hecho, al cerrar el negocio, a ellos los trasladamos para dejarlos cerca de sus casas.

Marcela Correa mantiene contacto por WhatsApp con los vecinos.

Hasta SuperPan llegan de otras comunas a comprar.

Gonzalo Montenegro.

Manuel Rifo habla de escasez, pero dice que coincide con el cambio de temporada.

"La idea es que compren lo que efectivamente necesitan", plantea Cristián Gutiérrez.