Clásicos juguetes para disfrutar el verano

A pesar del paso del tiempo, su demanda no decae

Su bajo precio y el espíritu nostálgico de muchos padres son algunas de las razones que explican las buenas ventas.  

Ciro Colombara C. 

No tienen coloridas gráficas, sonidos envolventes ni efectos especiales. Tampoco hay que pasar en ellos por varias etapas buscando armas o enfrentar una serie de pruebas para sumar vidas. A pesar de que no tienen ninguno de los códigos actuales que entretienen a los niños, juguetes como baldes y palas de plástico, pistolas de agua y paletas de playa cobran en esta época tanta importancia como el video juego de moda. Una explicación de esta análoga realidad del mercado la tiene Marcelo Lama, encargado de Comercial Lama (http://www.comerciallama.cl), empresa que cuenta con dos puntos de venta, uno de los cuales se ubica en el epicentro mayorista de Santiago, el barrio Meiggs. "No hay nada que se compare a estar jugando a la orilla de la playa, ¿a quién no le gusta? Y como el agua es incompatible con los aparatos tecnológicos, los niños los dejan de lado y se concentran en hacer castillos de arena. Por eso su gran demanda, a lo que se suma el hecho de ser juguetes sencillos, fáciles de llevar a todos lados y bien económicos. Los papás no se van a complicar si a su hijo se le queda el balde en la playa".
Marcelo Lama agrega que los fabricantes se han preocupado de responder en el tiempo a las necesidades de la exigente clientela infantil, que aprecia por sobre todo productos con variadas formas y figuras que estimulen su imaginación. "Si bien hay proveedores nacionales que fabrican juguetes de plástico como baldes, nosotros preferimos los importados. En general, los fabricantes chilenos trabajan con matrices muy simples, mientras que en los importados hay mucha mayor variedad, lo que se traduce en que llegan carretillas, palas y baldes con todo tipo de diseños. También hemos visto en el tiempo una mejora importante en la calidad de los plásticos, ya no sucede que si dejas un balde al sol por unos días se empieza a desteñir. Ahora se trabaja con plásticos que dan colores muy vivos, que son reciclables y además muy resistentes, pensando en la seguridad de los niños".
-¿Y entre qué edades está el público objetivo de estos juguetes playeros?
-Yo diría que entre los dos o tres años y hasta los diez años. Es un rango bien amplio así que se trata de una categoría interesante de productos.
-¿Y cuáles son las principales novedades que tienen ustedes?
-Las toallas redondas, con diseños de pizza o de hamburguesa, han tenido buena aceptación. Lo mismo las pistolas de agua con mochila, algo que permite a los niños acumular en ellas mucha agua y estar un largo rato disparando. También ha habido una fuerte demanda de los sets que incluyen baldes, palas y moldes. Uno que llama harto la atención es un pulpo, que en cada uno de sus tentáculos tiene un molde distinto.
La familia reunida
Plásticos Arirang es una empresa que fabrica, importa y distribuye una serie de artículos para el hogar, viendo en esta época una creciente demanda por los clásicos juguetes playeros (http://www.arirangplasticos.cl). Según cuenta su jefa de local, Isabel Ortega, "el fuerte de la demanda estuvo en los últimos meses del 2016, ahora nos queda un stock más limitado y la clientela que llega lo hace más bien para reponer parte de la mercadería. Es que las ventas que se hacen en la playa durante las vacaciones es muy alta".
-Un buen negocio para los comerciantes, entonces.
-Claro que sí, las ganancias que pueden obtener son importantes. Yo diría que, fácilmente, los precios de venta que ponen son el triple del precio al que compraron estos juguetes. Productos como paletas, baldes y palas, carretillas, pelotas inflables y carretillas deben estar en un lugar destacado de sus locales.
-¿Y a qué precio los comercializan ustedes?
-Para los productos de esta categoría, nosotros tenemos precios que van desde los $500 hasta más o menos $3.000. Eso explica, en parte, por qué son tan atractivos, una compra mayorista planificada deja sin dudas buenos márgenes.
Si bien el público al que apuntan este tipo de juguetes, según Ortega, va desde los dos años hasta incluso los 12 ó 13, agrega que no es raro que los hijos mayores y hasta los padres terminen jugando un rato con ellos. "En cierto sentido, se trata de productos que ayudan a reunir a la familia y gracias a los cuales terminan grandes y chicos compartiendo".
-¿Este tipo de juguetes tuvieron harta demanda como regalo de Navidad?
-No, no se consideran mucho para una ocasión como la que mencionas. Los padres se preocupan de comprar los juguetes playeros uno o dos días antes de salir de vacaciones, o incluso llegando a los balnearios. Tal vez el caso de los inflables es diferente, porque apenas comienza la temporada de piscinas parte su venta.
-¿Y cómo ven el futuro de la categoría?
-Pienso que este tipo de juguetes van a tener una larga vida, siempre habrá interés en ellos porque son de bajo costo, simples de usar y entretenidos. Comparten estas características con otros productos, como es el caso del Hula-Hula. Gustaba en el pasado y también ahora, siendo que es algo muy sencillo. A la vez, funcionan bien como para desenchufar a los niños de la tecnología.
Un buen gancho
Para negocios como bazares y librerías, juguetes como baldes y palas, paletas de playa y pelotas inflables funcionan de buena manera para atraer clientela. Pamela Morán, dueña de la Librería Yayi (Recoleta 2120) dice que en esta época los padres están pendientes de buscarles cosas que entretengan a los niños en sus vacaciones. "Estos productos cumplen con varias características que para ellos son importantes. Son sencillos, económicos y se pueden llevar sin problemas a cualquier parte. No creo que pasen de moda nunca porque hay una demanda que se mantiene, en parte porque hay padres que sienten cierta nostalgia cuando ven estos productos en los negocios, se acuerdan cuando ellos jugaban en la playa haciendo castillos de arena y quieren que sus hijos hagan lo mismo".
-¿En el último tiempo se ven algunas variaciones en los diseños de estos juguetes, al igual que en los materiales con que se fabrican?
-No hay grandes variaciones en su diseño, se trata de una categoría donde no se perciben cambios importantes. Algo distinto sucede con los materiales con que se elaboran porque sí se ve una evolución en la calidad del plástico. La normativa es hoy mucho más exigente que en el pasado y eso hace que incluso productos tan simples como un balde o una pala sean más seguros. Un ejemplo es que la pintura que se utiliza en ellos no puede tener plomo. Hay una mayor preocupación en que los niños no sufran ningún daño con los juguetes, lo que ha repercutido en la calidad de los productos y en los materiales con que se elaboran.
Respecto al abastecimiento, Pamela Morán cuenta que trabaja con ciertos proveedores que le llevan productos a su local y que complemento eso con compras que hace a distribuidores del barrio Meiggs. "Año a año trato de incorporar novedades porque los niños cambian de gustos rápidamente, no quieren jugar con un balde que sea igual al que tuvieron el año pasado así que hay que preocuparse de este punto. Uno va conquistando a los niños con variedades, con cosas distintas. En Meiggs, en todo caso, hay harto de dónde elegir a nivel de colores, formas y diseños".
-¿Y entre qué montos vende estos juguetes?
-En general, los tengo entre los $2.000 y $4.000. Nosotros vendemos estos juguetes como un set, una bolsita con varios productos. Junto a esta oferta, tenemos otros artículos que calzan muy bien con las vacaciones como los juegos de mesa. Me refiero a cosas como la lotería, el dominó y las cartas. Como los padres pasan más tiempo con sus hijos, se entretienen también en las tardes o en las noches con esos tradicionales juegos.

"Se ha avanzado mucho en el diseño de estos productos", afirma Marcelo Lama.

"Las últimas semanas de diciembre tuvimos una fuerte demanda", cuenta Ortega.

Los sets playeros son uno de los favoritos en Plásticos Arirang.

Pamela Morán dice que juguetes como baldes y paletas de playa atraen clientela a su librería.