Agregan valor a alimentos como maqui, murta, castañas y avellanas
Fecha de publicación
2019-05-20
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Cuando nació su hija Emilia, Cristián Riffo y su esposa Violeta Olivera tomaron la decisión de vivir en el campo y se trasladaron desde Villarrica a la comunidad indígena Francisco Llancafilo, a 21 kilómetros de esa ciudad lacustre. Hasta entonces él trabajaba en una empresa de cosmética y estaba terminando sus estudios de prevencionista de riesgos y ella hacía talleres de danza.
"Teníamos varias cosas en mente cuando decidimos vivir en esta zona. Lo primero fue llevar una vida sencilla y en contacto con la naturaleza, aprovechando lo que nos entrega la tierra. En segundo lugar, yo no quería pasar toda mi vida dependiendo de un jefe y de un salario. Por último, deseábamos iniciar algo con contenido social, hacer algo por los demás", cuenta Cristian.
Violeta, que pertenece a la comunidad indígena, compró un paño de terreno y él vio en el maqui una oportunidad de negocio. Así partieron con el emprendimiento agrícola Productos Chihuaico ("donde nace el agua", en mapudungun), a través del cual hoy agregan valor a diversos alimentos ancestrales del pueblo mapuche, como maqui, murta, castañas y avellanas chilenas.
"El comienzo en 2014 fue muy artesanal. Nosotros mismos salimos a recolectar maqui y luego en la cocina yo me encargaba de deshidratarlo en una pequeña máquina que había comprado en el comercio. La primera producción fue de diez kilos y tuvo buena aceptación. En esa época el maqui no era el boom que es hoy por sus beneficios medicinales y nutricionales", recuerda Cristian.
Como vieron que su producto tenía potencial y querían hacer las cosas bien, integraron a mujeres de la comunidad -jefas de hogar y madres solteras- para que recolectaran el fruto a cambio de un precio justo. Hicieron la iniciación de actividades, arrendaron un espacio con resolución sanitaria y se incorporaron, a través de Violeta, al Programa de Desarrollo Territorial Indígena de Indap.
En la Agencia de área Villarrica del servicio del agro obtuvieron su primer crédito de $300.000 para comprar envases y las ganancias las fueron reinvirtiendo.