Un sello muy especial para restaurantes y panaderías

Jóvenes con capacidades diferentes se integraron a varios negocios de Quillón

Según cuenta la coordinadora del Programa de Integración de la municipalidad, la recepción de los empresarios y trabajadores hacia estos estudiantes de gastronomía ha sido muy buena.  

Fecha de publicación

2018-08-20

Escrito por


M.M. 


Ansiosos y con una sonrisa que difícilmente podrían borrar de sus caras, comenzaron su pre-práctica seis de los 15 alumnos del Taller Laboral del liceo Luis Cruz Martínez de Quillón, quienes durante todo el año se prepararon para aplicar lo aprendido en el rubro de la gastronomía. Con capacidades distintas pero no menos conocimientos, los estudiantes acudieron con sus profesores a sus lugares de trabajo, entre los que se contaban restaurantes, panaderías y pastelerías de la comuna.
"Este Taller Laboral comenzó en 2015 con un plan de estudios aprobado por el Mineduc, donde nos propusimos dar la oportunidad a jóvenes en situación de discapacidad de trabajar e insertarse en el rubro de la gastronomía tomando en cuenta que Quillón es una comuna turística y tiene muchos lugares donde desenvolverse. La verdad es que la recepción de los empresarios y trabajadores ha sido fabulosa", indicó la coordinadora del Programa de Integración de la municipalidad.
Discapacidad intelectual, síndrome de Down, trastorno del espectro autista, parálisis cerebral e hipoacusia severa son algunas de las condiciones que presentan los candidatos a maestros de cocina. Y si bien es cierto ello complica en cierta medida su aprendizaje e inserción en el mercado laboral, no la hace imposible.
"Yo ya había tenido experiencia en cocina con niños con discapacidad y nunca enfrenté problemas, todo lo contrario ya que son cooperadores y trabajadores. Uno tiene que adaptarse a ellos al principio pero finalmente para mí son niños normales que saben hacer su trabajo", contó Ruth Chávez, maestra de cocina del restorán Posada Tranque Viejo.
Estudiar Gastronomía en el Taller Laboral no es tan fácil y relajado como podrían pensar algunos. Esta primera generación de alumnos lleva tres años aprendiendo artes culinarias y aún les quedan otros tres. Dentro de su malla curricular también se cuentan habilidades socio-laborales, teatro, deportes, terapia ocupacional y en algunos casos tratamiento kinesiológico. El objetivo es desarrollar alumnos integrales y con una alta capacidad derelacionarse con el mundo laboral.
Christopher Gutiérrez (26) es uno de los estudiantes destacados del Taller y actualmente está realizando su pre-práctica en la panadería Conisol. Ya en el primer día aplicó sus conocimientos y colaboró en la elaboración de pan, su especialidad. "Me encanta hacer pan, me queda rico. Es lindo trabajar en una panadería y aprender", dijo.
Sin duda, el grupo de pasantes del liceo Luis Cruz Martínez dejará un muy buen recuerdo en cada uno de sus puestos de trabajo. La experiencia que ganarán es invaluable pero no sólo en conocimiento sino también en la relación con sus pares. Lo más importante en la cocina es el amor y la dedicación, elementos que no distinguen capacidades, razas ni clases sociales.


Los alumnos ya cuentan con una formación de tres
años.

Los alumnos ya cuentan con una formación de tres años.

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