Orfebre se especializa en hacer joyas con las caritas de los animales

Así como algunos utilizan joyería con figuras religiosas, con la inicial de su nombre o la de sus hijos, los fanáticos de los animales también pueden llevar consigo el rostro de su perro o de otra especie. La diseñadora gráfica Maureen Valle se especializó en orfebrería y fundó la marca Mauva, en 2022, la cual se caracteriza por calar sus rostros en plata Ley 950.

Cuenta que utiliza el concepto de calar y no de estampar, porque primero realiza un boceto de la cara del animal, destacando sus particularidades, y luego lo cala en plata para elaborar pulseras y collares sin utilizar moldes. 

"Comencé haciendo las siluetas de los perros y ahora hago sus rostros para crearlos de forma muy personalizada; por ejemplo, destacando un pliegue que tenga en la frente", destaca Valle, oriunda de La Serena.

"Para hacerlo primero me deben enviar la fotografía de frente del animal. Luego lo dibujo en un programa digital y se los muestro a los clientes. Pueden añadir algún detalle característico, como una manchita en el ojo. Posteriormente, les envío la propuesta para la aprobación final. Si la aceptan, la imprimo y la pego en la lámina de plata para comenzar a calar, iniciando así la producción de la medallita. Por tal motivo, no son planas, ya que tienen relieve, y me puedo demorar entre una y dos semanas", aclara.

Cuenta que este tipo de joyería se caracteriza por tener una carga emocional importante: "Para cada cliente, su animal es muy especial; entonces, no buscan comprar algo que solo se parezca a su perrito, salvo que quieran únicamente su silueta", comenta.

"Hace poco estuve haciendo una perrita mestiza, probablemente descendiente de galgos, porque era flaquita, pero tenía los ojos manchados, como los dálmatas. Quien me la encargó hizo hincapié en que tenía una orejita caída y la otra parada", añadió. "Los rostros que más hago son de perros mestizos, pero también de bulldogs franceses, salchichas (dachshund), chihuahuas, poodles y galgos. En menor medida, también de border collies y pocos gatos", precisa.

Además, una parte de sus clientes le pide los rostros de animales fallecidos para siempre conservar la joya como un recuerdo preciado. Junto con ello, los tutores de muchos perros le han encargado pulseras que contengan seis rostros diferentes de sus mascotas. "Cada carita es como si fuera una especie de medallita de 2 o 2,5 centímetros de diámetro", precisa.

"Uno de los pedidos más particulares fueron unos aros y collares con el rostro de un hurón; otro, de una tortuga (con el caparazón en la parte posterior). Otro cliente me mandó hacer la silueta de un pez y la cabeza de un caballo, en la cual me pidió destacar el lucero, que es esa especie de manchita que tienen", detalla.

Sus creaciones, además, pueden incluir algunas piedras naturales y circones Swarovski y, si se dispone de un presupuesto mayor, se puede realizar el mismo trabajo en oro.

"Sí, no los ocupo. Para que se entienda mejor, muchas medallas religiosas están elaboradas con moldes que permiten reproducirlas a gran escala. En mi caso, cada cliente plasma el rostro -con alguna fecha importante o incluso su nombre atrás- de su animal. Sin embargo, tengo siluetas genéricas de varias razas ya hechas".