Guardería para gatos ofrece piezas de 30 metros cuadrados
Su precio base es de 20.000 pesos el día, tienen patio privado y múltiples amenidades
Michifus está ubicado en Batuco, Región Metropolitana. Tiene cinco habitaciones completamente gatificadas y cada felino no se topa jamás con otro gato desconocido. Privacidad total.
Fecha de publicación
2024-03-18
Escrito por
Alejandro Pardo
En esta guardería -futuro hotel- para gatos, hay habitaciones que tienen los mismos, incluso en algunos casos más metros cuadrados que lo que mide un departamento en el centro de Santiago. Son de aproximadamente 20 metros cuadrados, y una de las piezas alcanza los 30 metros cuadrados. Cada habitación está pensada para un gato, aunque si el cliente tiene más de un felino, ellos pueden estar juntos allí. Lo que no ocurre, en cambio, es que se junten gatos que no se conocen mutuamente. Cada espacio es privado y tiene múltiples amenidades.
Como muchos negocios, este se armó de manera orgánica, echando mano a lo más cercano que se tenía. Ángela Bravo, dueña de la guardería felina Michifus, cuenta: "Estamos funcionando desde agosto del año pasado como guardería pagada. Pero antes éramos guardería o alojamiento temporal de gatitos de la Fundación Patitas Batuco. Ahí alojábamos gatitos, pero de forma gratuita. Los dueños solamente pagaban el alimento, los veterinarios y la arena, y nosotros cuidábamos los gatos voluntariamente".
¿Cómo llegamos de ahí a la guardería?
"Lo primero fue porque yo tengo dos gatos que son adoptados. Y cuando salía de vacaciones no tenía con quién dejarlos. Y era complicado controlar los cat-sitters -como baby sitters-, que son la gente que va a cuidar los gatitos a la casa".
Hay dos conceptos que Ángela Bravo introduce: catios y gatificación. Catio es un patio para cats, que son cerrados, cada habitación tiene el suyo propio, y entre ellos los gatos no se pueden ver nunca unos a otros. Privacidad total.
Y gatificar, explica Ángela Bravo, "es armar un lugar para felinos, con puentes, plataformas, cajas, juguetes de gato como ratoncitos de peluche, rascadores de gatos. Allí pueden correr, trepar, saltar. Incluso tenemos dos habitaciones que tienen cama para poder simular que el gato está de vacaciones pasando del departamento o su casa a la guardería. También tenemos habitaciones con sillones, con sillas. O puede llevar su propia cama también, si tiene una regalona en su hogar. Nos pasó con un gatito que era fanático de su silla. Dormía ahí, y los dueños del gato se la trajeron a la guardería, sin problemas".
Y aclara que el alimento lo lleva cada dueño para evitar problemas con los cambios, porque para modificarle la dieta hay que hacerle una transición.
¿Cuáles son los valores?
"Todas las habitaciones tienen un precio base de 20.000 pesos, para uno o dos gatos familiarizados entre ellos. Desde el tercer gato se paga 3.000 adicional, que es el costo más que nada de la arena, de limpiarle la cajita, pero como es el mismo espacio, no se paga por gato, sino que se paga por el espacio".
Hoy tienen cinco habitaciones y están habilitando otras tres: "las estamos gatificando".
Ángela explica que la interacción con los dueños es fluida: "Les vamos mandando videos y fotos diariamente y tenemos contacto todo el rato. Porque lo bueno es que como nosotros vivimos aquí, también la gente nos puede contactar en el momento que ellos requieran".
Los días de estadía están claros. En promedio son entre los 12 y los 20 días. Y la razón, generalmente, es por vacaciones.
¿Y cuál es el perfil del cliente?
"Es gente económicamente solvente. Y el 90% de las personas que han contratado nuestros servicios son mujeres. Por ejemplo, amigas mías que no han tenido hijos y tienen gatos".
Y sus huéspedes no son sólo gatos de raza, también hay gatos quiltros. "Justo estábamos haciendo un recuento de los últimos 30 gatitos que hemos tenido. Tres de ellos eran de raza cara, comprados. Todos los demás eran adoptados".
Correr, trepar y saltar, son los verbos que los gatos disfrutan en la guardería.