Cazadora de vinos, el particular oficio de Gisella Lira

Una historia llena de recorridos

No solo embotella los vinos que compra sino que también les crea una identidad, dándoles un nombre y diseñando las etiquetas con su equipo de trabajo.  

Como una cazadora de vinos o 'winehunter'. Así se define Gisella Lira, quien fundó hace casi tres años Pocas Copas apuntando a un nicho de mercado de productos exclusivos.
"El concepto, de hecho, nace de la idea de ir en búsqueda de tesoros, de revalorizar propuestas que están por ejemplo escondidas en bodegas desconocidas. En concreto, lo que hago es buscar vinos en pocas cantidades que tengan una historia y una intención de fondo. Me interesan los vinos con historia y emoción, con una cuota de amor y locura".
¿Ustedes compran solo vinos que están embotellados o también aquellos que están en barricas?
"En estos años me he encontrado con vinos embotellados -con varios años de guarda- y con otros en barricas de madera y estanques de concreto. Lo que hacemos en ese último caso es contratar el servicio de embotellado. Ahora, es importante decir que siempre el sello es nuestro: la botella viene desnuda, sin etiquetas, es nuestro equipo el que le da la identidad. Nosotros elegimos el nombre, el color de etiqueta y la presentación en general".
¿Qué zonas ha recorrido por su trabajo de winehunter?
"Por ahora, he encontrado vinos maravillosos en Cachapoal y provenientes de Casablanca. Quisiera visitar prontamente el Maule en búsqueda de algún Merlot o País, y tal vez ir más al sur para encontrar un Pinot Noir. No descarto la posibilidad de cruzar la cordillera para ir al encuentro de un Malbec. Es algo que me hace soñar. Cuando me gusta un vino compro toda la producción que hay disponible. A veces son 250 botellas, otras 900. Estamos hablando siempre de cantidades muy limitadas".
En este camino, uno de grandes aciertos que Gisella Lira menciona es el de un vino que estaba casi olvidado al fondo de una bodega de paredes de adobes. "Es como si estuviera esperando que yo lo descubriera. Era del año 2012, acumulando ahí polvo y humedad por diez años de guarda. Lo bautizamos como Deslumbre por la emoción que nos embargó al encontrarlo. Es un ensamblaje de Carmenere y Cabernet Sauvignon en iguales proporciones". Lira agrega que el 2022 participó con él en el concurso Carmenere al Mundo, obteniendo medalla de oro. "Al mes siguiente lo inscribí para competir contra 1.300 vinos en Catad'Or World Wines Awards, donde obtuvo medalla Gran Oro".
¿Han descubierto también algunos vinos blancos?
"Vaivén es el único vino blanco de la familia Pocas Copas, un Sauvignon Blanc traído desde Casablanca al Cachapoal. Cuando lo encontré, estaba en un contenedor de concreto que tenía una forma similar a un huevo. De manera muy poética, el productor me contó que la forma del contenedor sumado al movimiento natural de la tierra hace que los sedimentos del vino decanten, entregándole brillo y transparencia. Por eso lo bautizamos de esa manera".
"Tenemos una bodega de despacho en Santiago y clientes a lo largo del todo el territorio nacional. En la web, por ejemplo, ofrecemos packs que van desde los $45.000 en adelante y otras opciones por cantidades de tres, seis y hasta 12 botellas".
Los interesados en acceder al catálogo de vinos de la empresa pueden hacerlo a través de la web www.pocascopas.cl (https://acortar.link/k2nhON) y el Instagram @pocascopas.cl
 
Pocas copas
Web: www.pocascopas.cl
Contacto: Gisella Lira
Instagram: @pocascopas.cl

Gisella Lira: "Me interesan los vinos con historia y emoción".

Vaivén se distingue por su brillo y transparencia.