Se la jugó por un bar donde solo se ofrecen vinos y quesos

Les Dix Vins es calificado de "vinobar"

 

Rodrigo Sepúlveda S. 

"Chile es el país productor de vino que menos consume vino en el mundo (13 litros per cápita al año)", comenta Marion Liss, francesa avecindada en Santiago desde hace 6 años, quien acaba de abrir Les Dix Vins, un vinobar donde solo se pueden encontrar variedades de esta bebida, para consumir por botella o por copa.
La idea fue tomando forma en su cabeza después de trabajar como guía turística en una viña de Casablanca, hacer un diplomado sobre el tema en la Universidad Católica y de dedicarse a importar quesos franceses que ella misma vendía y entregaba a sus clientes. "En todas las ciudades de Francia hay vinobares. En ellos solo se vende vino, no hay cerveza ni otros tragos. Acá hubo uno en el barrio Lastarria, pero al poco rato pasó a ser restorán. Mi objetivo es instaurar este concepto de vinobar entre el público chileno. Un lugar donde puedas ir y pagar solo por una copa, y, si quieres, pedir la botella entera y una tabla de quesos importados para acompañar, pero que no tengas la obligación de comer algo para beber como en los restoranes. Para eso saqué la patente de bar", dice.
La carta de Les Dix Vins incluye 70 etiquetas importadas desde Francia, 35 marcas de pequeños productores chilenos, una selección de 10 copas de vino que varía semana a semana, y 25 tipos de quesos franceses, entre los que se cuentan los clásicos roquefort, camembert, brie, y otros más desconocidos por estas tierras, como el morbier, que viene con trozos de cenizas. "El cliente también puede ver la carta o las vitrinas y comprar una botella para llevarse a su casa", añade.
-¿Qué distingue al vino francés del chileno?
-Primero, en Francia no hablamos de cepas, hablamos de la región de origen del vino. Un francés sabe que en Borgoña, por ejemplo, los tintos son de pinot noir y los blancos de chardonnay. O quizá ni siquiera conozca las cepas, pero sabrá que de ahí solo salen vinos ligeros. De hecho, las etiquetas de los vinos franceses solo informan la región de la que provienen. En Chile, en cambio, en todas las zonas vitivinícolas se plantan todas las cepas. La diferencia tiene que ver más con eso, porque en términos de calidad el vino chileno es muy bueno.
-¿Qué dificultades presenta abrir un local con estas características tan específicas?
-Creo que en Chile todavía hay poca cultura de vino. Muchos clientes aún llegan y piden solo cabernet sauvignon. Muchos también se asustan y creen que por ser de Francia van a ser vinos muy caros, pero luego ven los precios y se dan cuenta que, para ser vinos franceses, no son inabordables. Y como emprendedor, lo bueno de Chile es que es un mercado pequeño, con pocos participantes, por lo que rápidamente logras hacer contactos y levantar un negocio.

"En términos de calidad el vino chileno es muy bueno", afirma Marion Liss.