Green Glass, o como una botella se convierte en vaso

Fabrican a nivel de 2.500 unidades por mes

La materia prima proviene de la recolección en bares, pubs y de un centro de reciclaje.  

Ciro Colombara C. 

A Óscar Muñoz le falta muy poco para tener bajo el brazo su cartón de ingeniero comercial. A diferencia de la mayoría de los estudiantes de esa carrera, que recién sueñan con poder concretar algunas de sus ideas, Óscar lleva ya varios años como flamante emprendedor. "En el 2009 para un ramo de emprendimiento había que crear entre varios alumnos un negocio y yo le propuse a mi grupo cortar botellas para hacer vasos, algo con lo que estaba familiarizado ya que mis padres son artesanos en vidrio. Fue algo que dio buenos resultados, de hecho, aprobamos con un siete. Al terminar el curso les dije que hiciéramos una empresa y ninguno me pescó. Seguí yo solo con la idea y ahí nació formalmente Green Glass".
La materia prima para elaborar estos productos proviene tanto de la recolección de botellas en bares y pubs como de un centro de reciclaje con el que trabajan. "Hacemos como 50 productos distintos, siendo los principales vasos y copas de variados diseños y tamaños. Hay algunos elaborados con botellas de Absolut, de cervezas como Heineken y de Corona, de pisco Alto del Carmen y de Agua Mineral Puyehue, entre otros. A eso se suman vasos hechos con botellas de vino, con diseños que hacemos acá".
-¿Se venden por unidades o como un juego?
-Tenemos juegos de seis unidades y de a cuatro. También es posible comprar dos vasos e incluso solamente uno. Vendemos acá en nuestra casa que tiene una pequeña tienda (Julia Berstein 1944, La Reina) y también por internet, con despacho a todo Chile, en http://www.greenglass.cl
-¿Qué tipo de clientes tienen?
-Abastecemos a hoteles, bares y pubs, y estamos también en negocios como Carlo Cocina del Parque Arauco. La otra venta apunta al consumidor final, preferentemente profesionales jóvenes entre 25 y 40 años que buscan los vasos sobre todo como regalo de matrimonio o cumpleaños. Se trata de personas que nos compran tanto por un tema de diseño como por algo ecológico.
Sobre este último punto, Óscar Muñoz cuenta que todos los días se botan millones de botellas en el país que podrían ser utilizadas para dar vida a otros productos, "y nosotros entregamos una solución a dicho problema. A la vez, el negocio tiene un impacto social ya que apoyamos el trabajo hecho por recolectores, personas que día a día recorren las calles escarbando entre la basura buscando botellas para venderlas y así llevar algo de dinero a sus casas. Todo lo anterior se refleja en nuestras certificaciones, ya que Green Glass es una empresa B y también formamos parte de Comercio Justo".

Hay 50 productos distintos en diseños y tamaños.

Green Glass es empresa B y forma parte de comercio justo.