El bolsillo no tiembla en esta botillería

"La Promo" honra su nombre, ofreciendo más de 25 packs

Carlos Molina, su dueño, dice que el gran secreto para mantenerse por más de 12 años en el mercado es concentrarse más en el volumen que en el margen de ganancia.  

Fecha de publicación

2013-09-30

Escrito por


Ciro Colombara C. 


"La botillería de la Villa". Así reza el eslogan que Carlos Molina puso en las tarjetas de presentación de su negocio de Macul (calle Los Olmos 2454). Se trata de un pequeño gesto hacia a su fiel clientela, vecinos del sector -muchos de ellos ya amigos- a los que atiende desde que se instaló con "La Promo", hace seis años. "Estoy muy agradecido de las personas de la Villa Santa Carolina, gracias a ellas he podido dar vida y hacer crecer mi negocio. Me siento muy contento de haber llegado a este tranquilo barrio".
-Oiga, y la pregunta que cae de cajón. ¿Sus precios le hacen honor al nombre de la botillería?
-Claro que lo pongo bien en práctica. Arriba de los refrigeradores puede ver que tengo una gran cantidad de promociones que son muy convenientes para el bolsillo de las personas. Y aquí no me refiero solamente a los jóvenes sino a gente de todas las edades. Más o menos debo tener unos 25 packs, ya sea de pisco, whisky, ron, vodka y vinos, entre otros.
Más que su fuente de trabajo, "La Promo" es un verdadero sueño hecho realidad para Molina. "Siempre tuve en mente abrir una botillería, era como mi gran proyecto, aunque no tenía relación con mi rubro. Fui garzón por cerca de 17 años tanto en hoteles como restaurantes, hasta que hace unos 12 me decidí a dar el gran paso y poner un localcito en Ñuñoa. Ahí pasaron algunos años y luego me vine a Macul".
-¿Cuál diría que es el secreto para mantenerse por tanto tiempo?
-Diría que todo va en los precios, una estrategia de marginar poco pero vender harto. Yo trabajo con porcentajes de ganancia que van en torno al 20% y 30%. Detrás de estos hay una mirada a largo plazo, a diferencia tal vez de otros comerciantes que quieren ver dinero rápido y suben mucho sus márgenes.
Si bien el espacio de "La Promo" no es muy grande, está muy bien aprovechado para dar cabida a las más variadas categorías de productos. "Los gustos de la clientela del sector son bien variados, hay gente que se inclina por el ron, otra por el vodka o el whisky y hay algunos que prefieren los vinos".
-¿Cree que la gente se ha ido acostumbrando a tomar vinos de mayor calidad que hace algunos años?
-Sí, el paladar está más refinado y a la vez es posible encontrar productos de buena calidad y barato. Este año hemos incorporado como seis etiquetas de vinos reserva que han tenido buena demanda, como por ejemplo Las Mulas -de Miguel Torres- y Adobe -de Concha y Toro-, que son orgánicos. También está un ensamblaje de Santa Ema (40-60 Cabernet con Merlot), Doña Dominga y Bicicleta.
"La Promo" atiende de lunes a domingo, desde las diez y media de la mañana. "En la semana cerramos a la una de la madrugada y los fines de semana a las tres. Obviamente, en la tarde y la noche se concentra la mayor clientela".
-¿Y no ha pensado dejar una parte con productos de almacén, para potenciar la demanda durante el día?
-La verdad es que no tengo espacio para hacerlo, el local es muy chico. Imagínese que tengo máquinas hasta afuera del negocio, en este pequeño patio.
-¿Y por dónde van sus proyectos a corto plazo?
-Tal como decía recién, ya no puedo incorporar más cosas al local así que uno de mis proyectos es tener una botillería más grande y con un diseño un poco más elegante que este. La gente prefiere entrar a locales que tengan un aspecto atractivo, bien ordenado y también limpio. De aquí a dos años más espero poder cumplir este nuevo sueño.


Con estas "promos", el negocio marca la diferencia con sus competidores.

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"Mi gran sueño era tener una botillería", dice Molina.

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