Con el finiquito armó su botillería propia

El Cesante tiene una cuantiosa oferta para calmar la vena

Su dueño, Moisés Palma, no se echó a morir por las deudas y recibió además buenos consejos.  

Makarena Zapata R. 

A Moisés Palma nunca se le habría ocurrido tener una botillería de no haber sido porque de un momento a otro él y su señora quedaron sin pega. Pero en vez de echarse a morir por las deudas y como recibió una buena cifra entre indemnización y finiquito, se decidió a invertir todo en algún negocio antes que ponerse a despilfarrar a tontas y a locas.
"Primero pensé en poner un lavado de autos o un negocio de cambio de aceites. Incluso pensé en comprar un camión y ponerlo a trabajar, pero en nuestro barrio siempre han tenido éxito las botillerías. Lo pensamos un poco y nos decidimos finalmente. Otro dueño de una botillería me enseñó todo. Desde dónde ubicar a los distribuidores, proveedores y cómo atraer a los clientes", revela Palma.
Esos fueron los inicios de la botillería El Cesante (Barón de Juras Reales #3680, Conchalí) que ya lleva diez años funcionando y que cuenta con una gran variedad de vinos, bebidas y destilados para todos los gustos y bolsillos. En donde este microempresario se encarga de abrir de lunes a lunes hasta que su señora llega y se hace cargo del resto de la jornada laboral.
"Nos dividimos así por el cuidado de los hijos. Este trabajo da buenos frutos, pero es bien sacrificado porque hay que estar siempre pendiente de todos los detalles. Ahí está nuestro plus porque este es un local atendido por sus propios dueños sobre todo ad portas de las Fiestas Patrias. En donde tenemos un explosivo peak de ventas porque los supermercados cierran por los días feriados", remata.
-O sea que les ha ido bien con la puesta en marcha de este local.
-Sí, nos ha ido bien, pero el nombre que le pusimos a nuestra botillería hasta el día de hoy funciona como un cable a tierra de cómo y por qué fue que partimos. No nos creemos el cuento e intentamos organizar los frutos de la mejor forma posible para no pasar ninguna necesidad. Ojalá todo el tema siga así porque el sueño que tenemos junto a mi señora es convertirnos en una distribuidora de licores.
-¿Y cómo se prepararon para esta semana dieciochera?
-Tenemos de todo y a partir de principios de agosto que nos estamos preparando para recibir este aumento de ventas. Tanto así, que hemos hecho una inversión de varios millones de pesos para no necesitar nada porque durante esta semana las marcas y distribuidoras colapsan. Se agota absolutamente todo, pero nosotros ya tenemos un buen stock de vinos, cervezas y destilados.
-¿Tienen alguna promoción para los clientes de El Cesante durante estas fiestas?
-Lo que tenemos son precios imbatibles a la hora de comprar todos los insumos para hacer terremoto. Por ejemplo, el bidón de cinco litros de pipeño de la Viña Santa Gemita lo tenemos a $3.000 más los $1.250 que cuesta la cassata de un litro de helado de piña. Es infaltable la botella de granadina para darle el toque de gracia y eso cuesta $2.500. En total son menos de siete mil pesos para hacer una buena ronda de terremotos.

Hay un buen stock a la espera de la semana gloriosa en ventas.

Palma le había echado el ojo a un negocio así para el barrio.