Esta confitería trabaja con ingredientes de alta selección

En Dulcería Fiol ofrecen macarrones, turrones, calugas y helados, entre otros productos

Un secreto: entregarles un toque ácido a las preparaciones de repostería.

Fecha de publicación

2024-07-22

Escrito por

Melissa Forno

Gomitas de murta o helado de té matcha, macarrones de queso azul, chocolate y mermelada de pera, además de calugas, de tocino con vainilla, turrones y malvaviscos, por nombrar algunos confites. Esa es la propuesta de Fiol Dulcería, que nació hace tres años en la calle Condell y, hace poco más de un mes, abrió su segundo local, en el Mercado Urbano Tobalaba (Mut).
La fundadora de la marca, Camila Fiol, estudió gastronomía pensando en ser pastelera. "Sin embargo, opté por dedicarme a lo salado, porque no me gustó hacer tortas y biscochos. Luego, tras desempeñarme en cocina durante al menos tres años, me di cuenta que había más cosas en la pastelería, como los helados y los dulces, y me enamoré.
Por tal motivo, mezclo lo salado con lo dulce. Trabajando en el restaurante Boragó hice la transición entre estos dos mundos, entre 2010 y 2011", cuenta.
La historia de la actual dulcería comenzó en plena crisis sanitaria. "Antes de la pandemia, tuve un taller de cocina, que cerró por el covid-19. Tenía que comenzar a trabajar de nuevo y, como todos querían comer cosas dulces - cuando estábamos encerrados -, pedí permiso sanitario y empecé a vender cajitas mixtas con calugas, gomitas y mantecados. Hubo un momento, como en junio de 2020, que vendí 200 en 20 minutos, que correspondía a $3.000.000. Hacía todo sola, incluido el reparto, después tuve un amigo que me ayudó. Sin embargo, recuerdo haber estado 13 horas arriba de un auto repartiendo", añadió Fiol, chef especializada en repostería en el Basque Culinary Center, en el país Vasco.
"Vivía cerca de Barrio Italia y había muchos locales vacíos, empecé a buscar y di con el de calle Condell. Necesitaba uno para tener un horario un poco más normal", recuerda.
Actualmente, Fiol también elabora helados a restaurantes, como "El Madrileño" - al que le preparan uno especial de leche asada - o al "Mala Mía". Además, es proveedora de cafeterías - especialmente, de regiones - y también realiza bufés dulces para eventos, como matrimonios.
Su propuesta de confites siempre incluye un toque ácido en ellos. Sin embargo, los chilenos somos bien dulces.
"El clásico es el merengue con manjar. Cuando viví en Europa y explicaba esta combinación me decían: 'eso es azúcar con azúcar' con una cara.Allá tienen una tolerancia mucho más baja que nosotros al azúcar, y está en tendencia hacer las cosas menos dulces. Por ejemplo, siempre mezclo el chocolate blanco con maracuyá o cuando es chocolate negro con menta. De esta forma, busco el equilibrio".
Dulcería Fiol
. www.dulceriafiol.cl
. Instagram: @fiol.dulceria

Camila Fiol estudió gastronomía pensando en que sería pastelera.

Camila Fiol estudió gastronomía pensando en que sería pastelera.

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