La Cooka: mermeladas, encurtidos y salsas con frutas y verduras de la estación

Buena parte de lo elaborado es con cosecha propia

Ofrece sabores poco tradicionales, como cebolla con vino tinto, con chardonnay, de borgoña, de pimentón o de tomate y ají.  

Carmen Garrido siempre vio a su abuela materna, María del Carmen Lira, hacer mermeladas y conservas en su casa de San Francisco de Mostazal, en la Región de O'Higgins. Pese a que cultivaba su huerto desde el año 2006, no fue hasta 2016, que tomó la determinación de trasladarse hasta San Francisco de Mostazal, y empezar a comercializar lo que cosechaba.
Así comenzó a vender mermeladas de cebolla con vino tinto, con chardonnay, de borgoña, de pimentón o de tomate y ají; pepinos dill; salsas de tomates cacho de cabra, barbecue y kétchup; jalea y dulce de membrillo; puré de castañas, entre otros, cuya materia prima la obtenía, en varios casos, de su propia huerta.
"Me di cuenta que no sabía qué hacer con todo lo que producía y como pasé todos los veranos con mi abuela, que hacía mermeladas y conservas para el año, siempre le preguntaba qué hacer con lo que cosechaba. Con la idea de aprovechar al máximo la abundancia del huerto, empecé a hacerlas yo también, junto con los encurtidos", cuenta Garrido.
Actualmente, lo que más le demandan son los pepinos dill en formato de 250 y 500 gramos y de 1 kilo, cuyos valores fluctúan entre los $3.500 y $9.000 "El frasco de 1 kilo me lo piden cafeterías y panaderías -que los utilizan para sándwich- y personas que les gusta mucho", detalla Garrido.
En el periodo estival cosecha pepinos y, en invierno, cuando no puede hacerlo, le compra a un proveedor de la Región O'Higgins.
"El año pasado cultivé 90 variedades distintas de tomates y este año, espero que sean 130".
Los encurtidos y conservas de tomates los vende en tiendas gourmet y en forma online en su sitio web. "El kétchup lo compra harto gente que tiene alergias alimentarias, ya que no pueden consumir el que ofrecen los supermercados", aclara.
"La mermelada de cebolla con vino tinto y de pimentón también gustan harto. Actualmente, estamos en la temporada de la naranja, entonces hago mermelada de naranja y de naranja con jengibre, eso sí las naranjas las compro. Cuando voy a ferias y ofrezco degustaciones siempre digo que vendo mermeladas raras y menos raras, ya que también tengo de ají", jajajá.
Actualmente está en proceso para obtener la certificación de cultivo orgánico. En su pequeño emprendimiento trabajan solo mujeres, incluida su mamá, María del Carmen Ibáñez, quien ve el área administrativa del negocio, además de dos personas más en la cocina y una tercera en la huerta.
 
La Cooka
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El gusto de Carmen Garrido está en el ADN familiar, por su abuela.