"Estamos felices, hemos sabido crecer a pulso"

Julieta Díaz y Carlos Rodríguez fundaron Dulcería Oveja Negra

Partieron en la cocina de su casa haciendo alfajores para ellos hasta que vieron una oportunidad para emprender. Hoy, tienen su propia fábrica y 250 clientes en todo Santiago.  

Fecha de publicación

2016-03-28

Escrito por


Makarena Zapata R. 


"Nuestra historia de emprendimiento se dio por una casualidad. Resulta que con Carlos, mi pareja de hace un par de años, somos súper buenos para los dulces. Nos encantan las tortas, los pasteles y todo lo que tenga chocolate así es que un día se nos ocurrió hacer nuestros propios alfajores. Yo ya sabía preparar algunas cosas, pero entre los dos empezamos a experimentar en la cocina de la casa para ver qué resultaba hasta que logramos una receta insuperable".
Así recuerda Julieta Díaz junto a Carlos Rodríguez cómo se embarcaron en un emprendimiento sin aún tenerlo del todo claro porque mientras él trabajaba como administrador en el restaurante de sus papás, a ella le tocaba marcar tarjeta en una reconocida empresa de comunicaciones.
"Nos gustaron tanto nuestros alfajores que vimos en ellos una oportunidad para probar algo nuevo. El sabor era bueno, tenían harto manjar y, lo más lindo, es que todo lo hacíamos artesanal y con harto cariño así es que empezamos a venderlos en el local de mis suegros. Al principio vendíamos cinco o seis alfajores, pero de a poco la clientela fue subiendo hasta que un tío de mi esposo nos pidió nuestros productos para venderlos en una distribuidora de dulces que tiene en la Quinta Región", agrega Díaz.
Para ellos, ese momento marcó un primer cambio en la producción de alfajores ya que tuvieron que contratar a una persona que les ayudara y mudarse de la cocina familiar para un taller de 25 metros cuadrados. "Todos esos cambios coincidieron con mi embarazo y Carlos dejó su trabajo para dedicarse a full al negocio. Juntos creamos un nombre, un logo y hasta escogimos los envoltorios de nuestras tres variedades de alfajores: chocolate clásico, chocolate blanco y chocolate 60% de cacao. Así partió Dulcería Oveja Negra (http://www.dulceriaovejanegra.cl), cuenta.
-¿Y cuánto tiempo ha pasado desde aquel episodio?
-Estamos próximos a cumplir dos años y no podemos estar más felices porque a pesar de haber partido sin ningún tipo de ayuda ni capital, hemos sabido crecer a pulso y de forma súper profesional. Al principio fue súper difícil porque como yo estaba embarazada no podía seguirle el paso a Carlos, que estuvo un mes recorriendo todas las cafeterías y locales de Providencia dejando muestras y dando a conocer la marca. Los dos recordamos ese esfuerzo como algo crucial para el despegue de nuestro negocio ya que de esa forma logramos nuestros 250 clientes en todo Santiago, que luego nos fueron diversificar el negocio con trufas y cuchiflíes.
-Imagino que también tuvieron que cambiarse a una fábrica más grande, ¿o no?
-Sí. Del año pasado que estamos en una fábrica en Peñalolén en donde trabajan cinco personas en total con una producción de 30 mil alfajores mensuales. Sí, es un número que jamás pensamos en comparación a los 100 alfajores diarios que producíamos cuando partimos porque todo aún se hace a mano.
 
30.000 alfajores mensuales es la actual producción de Dulcería Oveja Negra.


Julieta Díaz y Carlos Rodríguez unieron su pasión por las cosas dulces.

Julieta Díaz y Carlos Rodríguez unieron su pasión por las cosas dulces.

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