El nacimiento de su hijo le trajo la receta para emprender

Daniela Carlin creó una línea especial de leches vegetales

Partió elaborando leche de almendra para su guagua, quien sufría de una alergia alimentaria provocada por la leche de vaca.  

Makarena Zapata R. 

"Me encontraba trabajando en una gran empresa hacía unos 10 años cuando nació mi cuarto hijo. En aquel entonces ya llevaba un buen tiempo viviendo en Chillán y trabajando a la distancia para esta empresa de Santiago, en donde todo iba bien hasta que le diagnosticaron un tipo de alergia alimentaria a mi guagua. Una que le causaba un montón de problemas y resistencias a la leche de vaca por lo que la doctora me recomendó probar con la leche de almendra. Así, intentando suplir esa necesidad, me convertí en emprendedora".
Daniela Carlin cuenta que partió trabajando en la cocina de su casa y haciendo todo: "remojando, pelando y colando los frutos para obtener mi primera leche de almendra. Mi hijo fue mi primer cliente", cuenta entre risas.
Aquel fue el puntapié de inicio de Leches Violeta (http://www.lechesvioleta.cl), un negocio que tras lanzar su primera variedad de leche vegetal pronto contempló otros frutos para la producción. Le siguieron la leche de avellana y la de quínoa, ambas ideales para poder cocinar y mejorar la alimentación de toda la gente que no tolera la leche de vaca. "A mi hijo le encantó su leche. Tras todo mi esfuerzo y dedicación logré un producto endulzado con miel y stevia que también era cremoso, nutritivo y completamente distinto al de la competencia. Mis primeros clientes fueron emporios y tiendas naturistas de Chillán que se arriesgaron con la venta de mis productos que en un principio, eran bien artesanales. De a poco nos fuimos metiendo en Santiago y nos dimos cuenta que estábamos frente a un mundo completo por conquistar", agrega.
-¿Costó mucho comenzar con Leches Violeta?
-Al principio sí, pero de a poco me fui creyendo el cuento y sobre todo, a sentirme feliz porque sentía que estaba haciendo algo que realmente me apasionaba. Tuve que ocupar todos mis ahorros para lanzar la primera línea de producción en formatos de botellas de vidrio de 250 ml y un litro. Trabajé duro, pero con el tiempo logré mi primer reconocimiento y ayuda gracias a la adjudicación de un capital de Corfo de mujeres empresarias. Con esa plata pude seguir creciendo a pesar de que en vez de trabajar en mi cocina, hoy la producción se realiza en un laboratorio de una universidad de la zona.

Daniela Carlin agradece la ayuda que recibió de Mentores de Chile