Su vida cambió gracias a estas cajitas

Hace 18 años Doña Cristina conoció el rubro de la venta de fósforos

Partió vendiendo unas pocas unidades y hoy tiene una nutrida clientela, que incluye almacenes y bazares.  

Fecha de publicación

2015-12-14

Escrito por


Makarena Zapata R. 


"Partí con esto de emprender por necesidad. Resulta que mi esposo se operó de una hernia lumbar que se fue complicando en el camino y que lo dejó como un año sin trabajar. Como era el único sustento de la casa, empecé a ofrecer humitas entre mis vecinos para poder mantener a la familia. Llegué a vender como 200 a la semana hasta que un día un amigo de mi marido le preguntó que por qué no vendía fósforos. Me pareció una excelente idea porque no pesaban, eran fáciles de transportar y podíamos andar de un lado a otro vendiéndolos".
Así cuenta Cristinas Reyes cómo fue que se convirtió, hace ya 18 años, en una comerciante dedicada al rubro de los fósforos. Como ni ella ni su marido tenían plata para hacer la primera compra de mercadería, le pidieron prestado a su mamá $7.000. En el sector de Mapocho cotizaron e hicieron rendir al máximo este pequeño capital, encontrando un proveedor que les vendió mil cajas de fósforos a buen precio.
"Mientras yo salía con mi guagua en coche a ofrecerles fósforos a mis vecinas, mi esposo agarraba a mi otro hijo y partían en bicicleta a vender a otro sector. Así estuvimos hasta que una de mis vecinas me dijo que mis fósforos estaban saliendo muy malos, que se quebraban solos y ahí tuvimos que cambiar de marca. Juntamos lo que más se pudo y de nuevo partimos a Mapocho a comprar algo de mejor calidad. Así llegamos a la marca Pavo Real, que es la que vendemos hasta el día de hoy", agrega.
Reconocida por la venta de sus cajitas de fósforos y por su personalidad extrovertida en gran parte de la comuna Cerro Navia, esta emprendedora se animó y postuló el año 2002 al Fosis, donde logró adjudicarse la suma de $250.000 que invirtió en 40 cajas de embalaje de fósforos. "Como tenía tanta mercadería, amplié mis horizontes y empecé a ofrecer mis productos en almacenes y bazares del barrio. Incluso, llegamos a darles trabajo a otros dos amigos de mi marido que partieron a vender fuera de Santiago. Ese fue uno de mis primeros orgullos porque a punta de esfuerzo pudimos apoyar a otras dos familias".
-Y con tanto encendedor y chispero dando vuelta, ¿cómo anda la venta de las cajitas de fósforos?
-Yo diría que nunca van a pasar de moda porque cuando fallan estos productos la gente se acuerda de inmediato de los fósforos.


Cristina dice que gracias a este negocio su familia ha podido salir adelante.

Cristina dice que gracias a este negocio su familia ha podido salir adelante.

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