Armaron exitosa cadena de helados artesanales a pura dedicación y esfuerzo
Pilar Lamana se asoció con Verónica Cabrera
Luego de una exhaustiva investigación de mercado se lanzaron con un primer local y 36 sabores de helados. Hoy tienen 110, cuatro locales e incluso, venden sus productos en supermercados.
Fecha de publicación
2015-11-16
Escrito por
Makarena Zapata R.
"Trabajé durante 20 años en Unilever, pero me salí para hacer cosas nuevas. Y como no quería volver a trabajar de forma dependiente empecé a hacer clases y asesorías hasta que decidí armar algo concreto, por así decirlo. Quería tener un negocio que pudiera darle una experiencia rica a los clientes y todo calzó cuando recordé que el primo hermano de mi marido estaba radicado en Italia con una heladería. Allí estaba el círculo completo: él tenía toda la experiencia y yo, las ganas de replicar sus recetas".
Así cuenta Pilar Lamana cómo fue que de a poco se fue entusiasmando con la idea de poner su propio negocio de helados artesanales. Proyecto que tomó aún más fuerza cuando se lo propuso a su compañera de colegio, amiga de toda la vida e ingeniera en alimentos, Verónica Cabrera. Entre las dos, armaron el plan de negocios, unieron capitales e hicieron una aguda investigación de mercado para evaluar cuál era el escenario de los helados artesanales premium en el país.
"Nos tomó como un año y medio desarrollar el plan completo porque además de la parte teórica, había que preparar y degustar cuáles serían los sabores de los helados que íbamos a vender. Y a pesar de que nunca había horneado una torta en mi vida, me metí a clases de pastelería para tener más nociones sobre lo que íbamos a hacer. Así fue cómo entre mi socia, yo y los consejos del primo de mi esposo, llegamos a 36 sabores entre distintos tipos de chocolates, manjares y frutas", agrega.
Esos fueron los primeros atisbos de la heladería Biancolatte (http://www.biancolatte.cl), que lleva cinco años atendiendo a través de cuatro sucursales. Todas, distribuidas en distintos puntos de Santiago. "Creo que de cierta forma todas las circunstancias se unieron para que pudiéramos partir con nuestra heladería porque justo encontramos una compañía que se estaba retirando del país. Así es que hicimos todos los contactos y unimos hasta el último peso para comprarle sus operaciones", remata Lamana, mientras termina de limpiar unas vitrinas en cuclillas.
-La limpieza es lo primero, ¿o no?
-Yo me ando moviendo todo el día y si veo que algo no se está haciendo bien, parto y lo hago yo. No me complico si tengo que lavar platos, atender a público o hacer el aseo porque después de todo eso también va de la mano con esto de emprender. Gran parte de nuestro éxito pasa por la calidad de los helados; se elaboran con materias primas importadas y nacionales, como es el caso de las frutas con las que trabajamos. Por ejemplo, hoy, nuestras 110 variedades de helados se hacen en bach de 10 litros y tienen alrededor de un 50% de fruta. Eso, le asegura al cliente que son helados artesanales, de buena calidad y que al menos las variedades de fruta, pueden consumirse a modo de postre saludable.
-¿Y qué tal les ha funcionado equilibrar el ser empresarias con ser mamás?
-Creo que ambas hemos cambiado el switch porque si antes una veía la pega como algo que daban las seis de la tarde y te olvidabas de ella, ahora es al revés: tu negocio forma parte de tu vida y por eso prácticamente no hay descanso durante toda la semana. Sí, es sacrificado pero la satisfacción que deja es tan grande que no lo cambiaría por nada. Con la Verónica estamos súper contentas porque de a poquito hemos consolidado el nombre de Biancolatte en el mercado, y lo más importante es que los clientes se van súper contentos. Logro que también nos ha permitido vender nuestros helados incluso hasta en supermercados.
Pilar Lamana se salió de Unilever para emprender.
Biancolatte es un nombre que busca consolidarse en el mercado.