Priscilla y Ángelo armaron un negocio 0% alcohol

Crearon la cerveza Eme

Se trata de una marca oriunda de Valparaíso que cuenta con tres variedades, dirigidas a distintos paladares: brown ale, golden ale y brown ale cacao.  

Fecha de publicación

2015-08-03

Escrito por


Makarena Zapata R. 


"En una de tantas caminatas con mi pareja por Santiago, nos topamos con una tienda que vendía insumos para hacer cerveza. Como él es un verdadero fanático de este brebaje y yo soy ingeniera en bioprocesos, vitrineamos un poco y finalmente compramos algunos ingredientes preparar algo en casa de nuestros papas. Él estaba súper entusiasmado con la idea porque el sueño de toda su vida era tener un negocio relacionado con este rubro.
Así recuerda Priscilla González cómo llegó a involucrarse con la elaboración de cervezas artesanales y también cómo todas las circunstancias convergieron para que su emprendimiento prosperara, porque luego de reflexionar sobre si quería seguir trabajando en Santiago, decidió volver a su amado Valparaíso e irse a vivir con su pareja. Allá siguió experimentando con más preparaciones, e incluso se tomaba el tiempo de organizar juntas entre amigos y familiares para que todos pudieran degustar sus cervezas y así recibir comentarios y opiniones. "A todos les encantaban, era increíble. El paso siguiente vino cuando nos dimos cuenta que, así como nosotros, había un montón de otras cervecerías artesanales con buenos productos, entendiendo que la diferenciación era un camino que debíamos tomar sí o sí. Como estaba recién saliendo la Ley de Tolerancia Cero, ahí surgió una gran idea: Nuestras cervezas tendrían el mismo proceso de producción que una artesanal pero sin una pizca de alcohol", agrega González.
Esos fueron los primeros pasos de Eme (http://www.emecerveza.cl), una marca que tiene tres variedades en formato de 330 cc: brown ale, golden ale y brown ale cacao. "Para sacar adelante el negocio, ocupamos nuestros ahorros. La parte producción no fue tan complicada pero luego había que salir a venderlas. Nos ayudaron hartos amigos, pero como ninguno tenía experiencia en esa área fue súper difícil partir. A veces nos tocaban días en donde nos llovían los no como respuesta...pero siempre mantuvimos la fe en que el emprendimiento iba a resultar", detalla Priscilla.
-¿Y en qué está ahora el negocio?
-Este viaje partió el 2013 y la verdad es que hemos progresado harto porque nos adjudicamos dos fondos Corfo, que en su momento nos ayudaron a pasar de producir dos litros a 500 litros. Luego, de tanto insistir en distintos restaurantes de Valparaíso, finalmente logramos nuestros primeros clientes, a los que les distribuimos los dos mil litros de cerveza sin alcohol que hoy producimos. Hay que decir, de todas maneras, que seguimos peleando con el prejuicio de que tomar una cerveza sin alcohol es mala o desabrida. Y decimos prejuicio, porque cuando la gente toma una de nuestras cervezas, no nota la diferencia.
-¿Fue difícil emprender en un rubro más asociado a hombres, o no?
-Yo creo que emprender en general, es difícil. A mi me cuestionaban mucho el dejar una carrera de siete años por dedicarme a emprender. Ahora, si de cervezas se trata, no me costó nada aprender porque mi magíster estuvo súper relacionado con la manipulación de levaduras. Lo otro, es que mi pareja Ángelo Bartsh es mi socio fundamental porque él es quien ve toda la parte comercial y de las ventas.



"Una gran satisfacción es haber ganado dos fondos Corfo, que en su momento nos ayudaron a pasar de producir dos litros a 500 litros. Hoy ya vamos en los dos mil litros".


Estos emprendedores cuentan que comenzaron el negocio cuando estaba partiendo la ley de tolerancia cero al alcohol.

Estos emprendedores cuentan que comenzaron el negocio cuando estaba partiendo la ley de tolerancia cero al alcohol.

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