Ellos recuerdan al abuelo a través de su negocio

Se llama "Signore Mario"

Descendientes de una familia amante de la buena mesa, comenzaron a elaborar mayonesa de soya para comerla en casa y terminaron por armar un emprendimiento con ella.  

Fecha de publicación

2014-11-17

Escrito por


Makarena Zapata R. 


"Nuestra familia tiene raíces árabes e italianas. Con eso, resumo que todos somos buenísimos para montar la mesa y sentarnos a disfrutar de una rica comida. Como buen choclón sibarita también somos harto buenos para añadir aderezos como mayonesa y ketchup, y hace algún tiempo empezamos a buscar alternativas más saludables de consumo, llegando un día a una mayonesa de soya que probamos. Así partió nuestro emprendimiento".
Con esas palabras cuenta Enrique Balut cómo, junto a su hermano Juan Pablo, comenzaron a innovar dentro de la cocina familiar, y también cómo, no contentos con el sabor del producto que habían comprado, decidieron hacer ellos mismos su propia receta.
Lo primero fue meterse a internet e ir probando con distintas preparaciones de la leche del poroto de soya, llegando finalmente a una mayonesa que además de ser mucho más sana que una regular, superó gran parte de sus expectativas. "Pasó que las visitas que llegaban a la casa la pedían y gran parte de nuestros amigos comenzaron a preguntarnos si podíamos venderles esa creación. No nos pareció mala idea y fue así como diseñamos un logo pensando en la gran pasión que tenemos por la comida. De inmediato se nos vino a la mente la imagen de nuestro abuelo: un caballero de bigote y de gran gusto por la buena mesa que se llamaba Mario. Nos pusimos a trabajar en eso y logramos un muy buen resultado. Incluso, participamos en una feria de emprendimiento de mi universidad y ganamos un millón de pesos", agrega Enrique.
Con ese mega empujón, estos dos hermanos se lanzaron con la marca bautizada como Signore Mario, cuyo producto estrella -Maionese (mayonesa en italiano)- tenía que seguir avanzado sí o sí. ¿De qué manera? Con el desarrollo de sabores atípicos 100% naturales que pudieran cautivar aún más a los consumidores. Fue así como, tras varios intentos, llegaron a sus versiones Clásica, Merkén y Ciboulette, que tienen un valor de $3.000.
-¿Y qué pasó después con Signore Mario?
-Nuestra red de clientes creció y la tuvimos que empezar a vender a través del Facebook Signore Mario. Ahora, hay que decir que junto con usar la caricatura de nuestro abuelo como logo, hay otros puntos que hacen del negocio algo familiar ya que nuestra mamá y papá también nos ayudan. Ella es ingeniera química y nos orientó en todo el proceso de la mezcla de los alimentos mientras que el papá, como buen ingeniero civil mecánico, nos echó una mano con el uso y manejo de las máquinas semiindustriales que utilizamos para hacer la mayonesa. Eso, sin mencionar que emprender con un hermano es sinónimo de confianza total.
-¿Qué es lo que más les ha costado del negocio?
-Hay hartas cosas como por ejemplo los permisos, patentes y registros de marcas, temas sobre los que uno no entiende mucho. Obviamente, hay que hacerlos sí o sí cuando se trata de elaborar y vender alimentos preparados. Nosotros tuvimos que remodelar toda la cocina familiar para que cumpliera con las condiciones que nos pedía el Seremi y todos los días parte un nuevo desafío. Nuestra meta, ojalá, es que la gente nos siga conociendo y pueda probar la receta del producto que elaboramos ya que es algo súper artesanal, algo que marca una ventaja en relación a otros productos del mercado.


 



Este es un negocio familiar. De hecho, nuestros padres nos ayudan en diversos temas
Enrique Balut


"La marca y su logo tienen como inspiración al abuelo Mario", dicen Enrique y Juan Pablo.

"La marca y su logo tienen como inspiración al abuelo Mario", dicen Enrique y Juan Pablo.

Merkén, Ciboulette y Clásica son las tres variedades disponibles.

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