Un programa de TV le dio el impulso final
Patricia Iconomov y su negocio de manteca de karité y argán
Haciendo zapping, se quedó pegada con las numerosas cualidades que tienen estos frutos africanos.
Fecha de publicación
2014-10-27
Escrito por
Makarena Zapata R.
Una de las diversiones infantiles que Patricia Iconomov recuerda con más cariño fue el jugar a creerse una almacenera de tomo y lomo. Con lo que pillaba, armaba un rudimentario negocio para ofrecer todo tipo de mercancías hasta que finalmente aprendió matemáticas y comenzó a vender en serio. Partió en el colegio y siguió en la universidad con una oferta imperdible de chalecos, sándwiches, pasteles y quesos artesanales, entre otros productos.
"Ya titulada, trabajé gran parte de mi vida como gerenta comercial en distintas empresas, pero siempre abrigué las ganas de independizarme y tener mi propio negocio. La idea llegó a mí mientras veía tele. Sí, tele. Estaba viendo un programa en el Discovery Channel cuando comenzaron a hablar de las numerosas cualidades de la manteca de karité y ahí me quedé pegada. Nunca había oído hablar de ese fruto y me entusiasmé tanto que empecé a buscarlo, pero no hubo caso. Nadie había oído hablar de él hace una década", cuenta Iconomov.
Harta agua bajo el puente y varios años después finalmente lo pilló. Fue en medio de un taller de yoga que esta actual emprendedora conoció a una mexicana que andaba trayendo un pote de manteca de karité pura. Le convidó y fue amor a primera vista. Ya con el producto en mano comenzó a averiguar su procedencia y gracias a distintas redes de contacto dio con el laboratorio suizo que vendía este insumo en bruto a las distintas empresas cosméticas.
"Calculé mis ahorros para invertir y renuncié a mi pega con toda la fe de que el negocio iba a resultar. Le compré el karité y el argán procesado, ambos provenientes del fruto de dos distintos árboles africanos, a este laboratorio y me lo traje a Chile para envasarlo y venderlo en formato de cremas. Me costó más de un año conseguir todos los permisos así es que tuve que arrendar una bodega para guardar las 40 mil cremas y aceites que produje. Recién este año pude lanzar mi propia línea de productos bautizada como Karité Argan. Es más, me hice una página web y tuve que publicitar a pulso los beneficios estéticos de estos productos", remata.
-¿Y qué pasó después?
-Mis amigas se empezaron a pasar el dato hasta que un día me contactaron desde un canal de televisión para hacerme una nota, jajajá. Ahí la cosa fue en alza y hubo días en que prácticamente no dormía para dar abasto a las ventas porque acá yo hago de todo. Desde la papelería, logo, nombre, empaquetado y despacho. Tenía la pura escoba en la casa, pero hasta el día de hoy no tengo palabras para explicar lo emocionante que fue todo ese proceso. La gente estaba creyendo en mis productos y al ver los resultados en la piel me llenaron de felicitaciones ya que el karité es un regenerador celular que ayuda a la súper hidratación de la piel, mientras que el argán es un antioxidante natural para el cabello, uñas y rostro.
Patricia Iconomov trabajó como gerenta comercial en varias empresas.
Los productos se pueden ver y comprar en http://www.kariteargan.cl.