Joven le saca partido al despreciado hollejo de uva

Prepara varios productos con este residuo

Su familia tiene una viña y de ahí ella extrajo el insumo para preparar el pan, pastas y galletas que vende. Hoy su emprendimiento, bautizado como Tintorujo, solo ocupa hollejo orgánico para potenciar la funcionalidad de sus alimentos altos en fibra.  

Makarena Zapata R. 

Como buena hija de una familia dedicada a la producción de vino, Isabel Margarita Zenteno pasó toda su vida poniendo atención en cada detalle de este proceso desde la plantación de los viñedos hasta la cosecha y elaboración de este popular fermentado. Así estuvo durante años hasta que entró a estudiar diseño industrial, en donde comenzó a meterse en el tema de la fabricación de artículos en base a materiales desechados, pero justo ahí se le vino a la cabeza los cerros y cerros de hollejo de uva que se botaban tras la elaboración del vino.
"Siempre me llamaron la atención esos restos, pero generalmente se utilizaban de abono para las viñas. Empecé a investigar qué tipo de cualidades tenía esta clase de hollejo y para mi sorpresa me di cuenta que poseía las mismas propiedades que la uva. Seguí con mis averiguaciones con expertos como ingenieros en alimentos y distintos laboratorios hasta que di con un procedimiento que deshidrataba este hollejo, a tal punto que al molerlo se convertía en una harina ultranatural", cuenta Zenteno.
Fue gracias a aquel descubrimiento que esta amante de la cocina tomó algunos restos de hollejo desde la viña familiar para procesarlos y experimentar con distintas recetas hasta que terminó por darle vida a Tintorujo (http://www.tintorujo.com), un emprendimiento que le brinda una segunda oportunidad al hollejo de la uva. Primero, con la elaboración y venta online de galletas saladas a modo de complementar al picoteo que acompaña a una botella de vino, para después arriesgarse con galletas dulces, pan en distintos formatos y pastas. Todo, elaborado en la cocina familiar y de forma completamente artesanal.
"Para mí fue toda una hazaña ese proceso porque sin querer queriendo me convertí en una emprendedora. Es más, no alcancé a trabajar en nada relacionado con mi profesión porque cuando me titulé ya estaba full dedicada a Tintorujo, y pese a que llevo poco más de un año trabajando en esto, gané el concurso Jump Chile ,que me ayudó a armar mi emprendimiento y darme a conocer. Tanto así que desde ProChile me invitaron a una gira por las distintas oficinas que tienen en Europa para mostrar mis productos", remata.
-¿Qué es lo más difícil de emprendedor con productos en base a harina de hollejo de uva?
-Yo conozco harto de cocina, me gusta y todo, pero una de las cosas que me costó aprender el tema de las dosis. Uno sabe que con la harina blanca es tal y tal cantidad, pero con la harina de hollejo de uva es distinto porque este es un insumo completamente diferente en cuanto a olor, sabor y color. Me tomó varios ensayos y errores lograr las cantidades perfectas para preparar mis alimentos porque quedaban o muy ácidos o muy saturados. Si bien partí trabajando con el hollejo familiar hoy sólo lo hago con el orgánico y, por lo mismo, todos los productos de Tintorujo guardan las cualidades del vino hecho harina. O sea, son ricos en antioxidantes, fibra y tienen un color burdeo medio que llama harto la atención.
-¿Qué tipo de metas te gustaría lograr gracias a este innovador emprendimiento?
-Me gustaría tener más clientes y que mis productos fueran reconocidos como una de las tantas maravillas que se desprenden del vino porque, al final, Chile es un país de naturaleza vitivinícola. En esa línea me queda un arduo trabajo por delante ya que hay que sustituir el concepto de hollejo-desecho por el de hollejo-innovación en el imaginario de las personas. Nunca pensé que terminaría emprendiendo con algo así, pero lo que más contenta me tiene es que sí se pueden hacer cosas a partir de un producto de descarte y que si uno se esfuerza lo suficiente, todas las cosas terminan por salir bien.

Galletas, pan y pastas es la oferta de productos.

Zenteno viajó auspiciada a Europa para lucir su buena idea.