De vendedora ambulante a exitosa empresaria
María Elvira lleva 25 años en la elaboración de longanizas y prietas
Empezó trabajando en hogares particulares para después salir a vender sus productos puerta a puerta. Ahorró, arrendó un local y hace siete años construyó su propia fábrica de cecinas.
Fecha de publicación
2014-08-04
Escrito por
Makarena Zapata R.
"Emprendí por necesidad. Por darles a mis hijas un mejor pasar y por verlas convertidas en profesionales cuando fueran más grandes. Partí trabajando como nana y con el tiempo, empecé a elaborar cecinas artesanales que vendía puerta a puerta en casas particulares y en distintas empresas de las localidades rurales de Valdivia. Fueron años durísimos que me curtieron el sacrificio y las ganas por superarme como persona y microempresaria".
María Elvira Riquelme resume los esfuerzos tras la puesta en marcha de Cecinas Llancahue, un emprendimiento que en sus inicios le significó sangre, sudor y lágrimas, pero que hoy, solo le saca sonrisas y buenos dividendos. Se trata de un negocio que partió hace más de 25 años y cuya oferta se resumía en prietas y longanizas artesanales que ella misma preparaba y acarreaba arriba de una micro cuando le tocaba salir a vender.
"No sé cómo aprendí a hacer tanta cosa, pero lo que sí recuerdo es haber visto a mi papá preparar cecinas y aunque él nunca me enseñó cómo hacerlas, yo recordaba todos los pasos a seguir. Me empezó a ir bien con mis productos y tras muchos años como vendedora ambulante pude ahorrar y arrendar un negocio como sala de ventas. Mi local creció aún más y hace unos siete años pude pedir un crédito, comprar un terreno y construir mi propia fábrica de cecinas artesanales", cuenta Riquelme, quien el año pasado ganó el Premio Nacional Mujer Emprendedora en la categoría Pyme Regional que otorga en Banco Santander.
-¿Qué fue lo más difícil de emprender con un negocio de cecinas artesanales?
-Encontrar buenos proveedores de insumos porque siempre me he preocupado de que todo sea de primera calidad. Es fácil, si a la gente no le gusta lo que probó o lo encontró pobre o malo, simplemente, no te compra más. Por eso, hoy obtengo todos mis ingredientes de empresas grandes para luego procesar y preparar todo en cifras de producción diaria que oscilan entre los 500 kilos de longaniza y los 300 de prieta. Pero lo más importante es que todo se vende y despacha durante el día para que los alimentos se consuman lo más frescos posible.
La meta ahora es ganarse un Capital Semilla para iniciar un proceso de modernización.