Innovación en mermeladas le dio la llave para surgir

Marta Castillo y su emergente negocio, Agapimú

Aprendió las recetas gracias a un curso que tomó en una OTEC y de inmediato buscó diferenciarse con mezclas fuera de la oferta tradicional.  

Makarena Zapata R. 

Embarazada y cesante. En esa compleja situación se encontraba Marta Castillo cuando, un día, se topó en plena calle con un cartel que promocionaba un curso sobre conservas y encurtidos que prontamente sería dictado por una OTEC en la comuna de Recoleta. Interesada, llamó y se inscribió con el afán de aprender todo sobre esta desconocida rama de la cocina.
"De ese acontecimiento ya han pasado unos seis años. Recuerdo que en el curso aprendí a hacer mermeladas y como ya habían pasado la prueba del sabor con mi familia, decidí probar suerte vendiéndoselas a mis amigas. La primera que hice fue de kiwi y me fue súper bien con ella, por lo que decidí que ese sería mi norte en los negocios: elaborar mermeladas a partir de distintas mezclas y que fueran únicas en sabor", cuenta Castillo.
Esos fueron los primeros atisbos de Mermeladas Caseras Agapimú, un emprendimiento enfocado en la elaboración y venta de mermeladas en la onda pera-jengibre, tomate-caramelo, kiwi-zapallo italiano y cebolla-canela, por mencionar las más exóticas. Eso, además de las tradicionales como frutilla, mora, damasco y naranja.
"Ahora, me di cuenta que la venta bajaba bastante durante el verano y por eso se me ocurrió elaborar otra receta tipo gourmet para tener ingresos más parejos en esa época del año", comenta.
-¿Cuál es esa otra creación?
-Aceites de oliva con sabores. Lo que hago es comprar aceite de oliva extra virgen y dejarlo reposar durante una semana con distintos tipos de hierbas y aliños para darle ese valor agregado que andaba buscando. Tengo aceite al ajo, merquén, menta y romero. Todas vienen en un frasco de vidrio con dosificador que se puede llevar fácilmente a la mesa. Los precios son $2.500 para las mermeladas de medio kilo y $2.800 los 300 ml. de aceite con sabor. Cualquier encargo llamar al 29200350 o al 9-3205241.
-¿Qué ha sido lo más difícil de convertirse en emprendedora?
-Creerse el cuento porque uno al principio no sabe nada y sólo se tiene a sí misma. Por eso es que estoy súper agradecida de toda la ayuda que recibí en la Fundación Prodemu, allá me dieron todas las alas que necesitaba para aprender a llevar las riendas de un negocio. Estoy orgullosa de todos mis logros porque he intentado ser lo más profesional, tanto así, que tengo tarjetas personalizadas con mi emprendimiento para que mis clientes noten que la cosa anda en serio. Gracias a mis esfuerzos hoy vivo y mantengo a mi familia con las mermeladas y aceites de oliva de lo más bien.

Marta Castillo debutó entre la parentela con una mermelada de kiwi.

A la producción de mermeladas se suma la de aceite de oliva.

Aceite de oliva.