Con su mano de monja dio vida a un negocio

Se llama "Cuchuflíes Vivianne"

Este emprendimiento le ha permitido incluso abastecer a grandes tiendas. Hoy cuenta también con otros productos, como obleas y galletitas de barquillo.  

Fecha de publicación

2014-03-31

Escrito por


Makarena Zapata R. 


A los 18 años, Vivianne Zarhi se independizó, comenzando a trabajar como asistente de vuelo en una conocida aerolínea hasta que fue mamá. Pero lejos de renunciar a su pega, se encargó de equilibrar el cuidado de sus retoños con su gran pasión por conocer nuevos lugares. Así estuvo durante 18 años hasta que le empezó a picar el bichito por tener un negocio propio.
"Si hay un rasgo que me ha caracterizado es mi capacidad de decisión. Siempre he vivido en Calera de Tango y cuando me iban a dejar desde mi casa al aeropuerto veía mujeres vendiendo pasteles y cuchuflí en la carretera, pero me daba cosa comprar. De tanto verlas un día me vino la idea de hacerlos yo misma. Partí y compré una máquina de relleno, el manjar y las vainas para elaborar mi propia versión de esos cuchuflíes. Fue todo un descubrimiento y, sin haberlo pensado, el inicio de un emprendimiento", cuenta.
Tiempo después, Vivianne se armó de valor y pidió cita con una alta ejecutiva de una cadena de supermercados. "Ese día llevé muestras de mis cuchuflíes en versión regular y de los bañados en chocolate para que los probara. Quedó encantada con mis productos pero igual me dijo que no podía venderlos porque no tenía ni patente. Ahí recién supe la cantidad de papeles, permisos y regulaciones que necesitaba tener si quería que mi negocio creciera", agrega.
-¿Y qué pasó después?
-Ella me dio tres meses para regularizar mi situación y después de papeleos infinitos y de crear una especie de mini fábrica en mi casa lo logré. Cuchuflies Vivianne, así se llama mi pyme, que llegó a los supermercados hace más de diez años y que permanece hasta el día de hoy. Es importante destacar que yo lo hago todo, desde la elaboración de las vainas hasta el bañado del chocolate para darles un sello artesanal y bien casero. También saqué nuevos productos como obleas y galletitas de barquillo.
-¿Pensó alguna vez que iba a terminar con una pyme de cuchuflíes artesanales?
-Jamás, pero aquí estoy. Tengo 55 años y hace 18 que estoy con mi negocio propio. Ser independiente me ha ayudado a creerme el cuento, ser organizada y perseverante con las metas que uno quiere en la vida.


"Yo me encargo de todo el proceso de elaboración de estos productos", cuenta Zarhi.

"Yo me encargo de todo el proceso de elaboración de estos productos", cuenta Zarhi.

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