El comerciante más letrado del barrio Franklin

Luis Gutiérrez, genio de la publicidad callejera

Tiene larga experiencia haciendo carteles para todo tipo de negocios. "Uno de los más pedidos son los de comida rápida como los completos", dice.  

Fecha de publicación

2014-03-17

Escrito por


Juan Pablo Rioseco D. 


Suele ocurrir que llegan a su local con la patochada del hambriento: ¡Oiga!, ¿a cuánto los pollos con papas fritas? "Yo no tengo esas cosas, vendo publicidad amigo", les responde Luis Gutiérrez. También llegan señoras preguntando por cortes de pelo y niños pidiendo helados. Muchos le devuelven garabatos pensando que se trata de un engaño, confundidos al ver los carteles que elabora. Por lo mismo, dice que "empecé a vender bebidas y confites para aprovechar los pedidos de esas personas que no saben bien lo que yo hago", afirma este emprendedor dueño de La Esquina de la Publicidad, empresa precisamente dedicada a la elaboración de carteles que tiene a gran parte de Santiago tapizado con la tipografía "Comic Sans Bold" a todo color.
En su local ubicado en Placer 746, cuenta con más de cinco mil títulos diferentes, desde el clásico "empanadas fritas" hasta las últimas tendencias como "peluquería canina" o "recarga de celular".
"Mis clientes me quieren porque mantengo los mismos precios que al comienzo", explica.
-¿Y de qué precios estamos hablando?
-El cartel de 20 centímetros por un metro está a dos mil pesos. Los valores van subiendo en rangos de dos milpesos cada diez centímetros.
-¿Qué carteles son los que más piden?
-Los de comida rápida. Completo y churrasco. Le sigue la peluquería, pedicure y mantención de uñas. Un poco más abajo en la demanda están los de mote con huesillos, las bebidas y jugos naturales. Esos últimos son los que más han subido. De hecho, mi mujer ahora se independizó y puso un puesto de jugos de frutas. Le va mucho mejor que a mí incluso.
-¿Qué consejos le daría a quien necesita un cartel para vender algo?
-Respecto a los colores, por ejemplo, la atención de las personas siempre se va primero a algunos como el caso del brillante. Lo que pasa es que, ya sea de manera consciente o inconsciente, aún se mantiene la idea de que todo lo que brilla es oro. ¿Qué otro consejo puedo dar? Yo les diría a los almaceneros que pongan una lista con sus productos en letras mayúsculas porque muchos de quienes andan en la calle tienen su cabeza en cualquier parte y se les olvida lo que deben comprar. Cuando ven estas letras grandes aterrizan un poco, así que el cartel funciona como una especie de recordatorio".


"Acá tengo más de cinco mil títulos diferentes", cuenta orgulloso Gutiérrez.

"Acá tengo más de cinco mil títulos diferentes", cuenta orgulloso Gutiérrez.

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