"Estoy como tuna gracias al caldo de cabeza"

"Juan Pescado" lleva 63 años al frente de su pescadería

Es el personaje más famoso de la Vega Poniente por la calidad de sus productos y el gran cariño que le pone a su trabajo.  

Fecha de publicación

2013-08-12

Escrito por


Makarena Zapata R. 


La historia de emprendimiento de Juan Olivos (88) es una que pasó por todos los rubros. Desde que tiene memoria ayudó a su familia seleccionando porotos, vendiendo té, velas o carbón. Pero cuando ya fue más grande su mamá le encargaba recorrer la calle de sol a sol con un canastillo repleto de los huevos duros, empanadas y pan amasado que les vendía a los obreros del sector de Recoleta.
"Cuando tenía 19 años me casé y con mi señora comenzamos a buscar algún negocio. En eso estábamos cuando me llamaron para trabajar en una cadena de pescadería de la época, pero duré dos años así es que me fui al Mercado Central a moverme en otra cosa. Aún recuerdo que gracias a un dato que me dieron en ese sector llegué a arrendar el primer local que tuve en la Vega Poniente", cuenta este hombre preocupado siempre de lucir un sombrero estilo Indiana Jones.
Una vez instalado en su propio local en el año 1946, Olivos no la pensó ni dos segundos. Quería continuar con todo el tema de la venta de pescados y mariscos y que su nombre se hiciera conocido en todo sector por la calidad de sus productos. Dicho y hecho. Actualmente nadie conoce a Juan Olivos en la Vega Poniente si no es por el apodo de "Juan Pescado", que se ganó a punta de esfuerzo y dedicación durante estos últimos 63 años de trabajo.
"En mis primeros años de pega tenía que hacer de todo. Ir a buscar el pescado y los mariscos, trozarlos, limpiarlos. Todo. Iba ahí a calle San Pablo, pero este lugar de despacho cambió un montón de veces durante los años venideros. Ahora me levanto a las tres de la mañana para ir al Terminal Pesquero de Lo Espejo y traer toda la mercadería fresquita. Es que allá en el terminal me guardan lo mejor porque soy uno de los más antiguos del rubro de la pescadería", cuenta "Juan Pescado" o "John Fish", como también le dicen sus amigos.
-O sea que usted es el personaje más famoso de la Vega Poniente.
-Es que soy uno de los pocos que todavía es locatario y vende pescados acá en el sector. Me conoce medio mundo y me han escrito poemas, dedicatorias, felicitaciones y cartas. En todos estos años me he ganado el cariño de la gente por la buena atención, la simpatía y la promesa de que acá en mi local Juan Pescado, el kilo realmente es un kilo. Nada de espinas, cosas raras ni truchas.
-¿Qué tipo de pescado o marisco causa furor en esta época?
-Yo diría que la cosa es bien pareja durante todo el año, salvo Semana Santa porque ahí tenemos que lucirnos con nuestros pescados y mariscos. Es que esa es otra de las gracias de mi local porque me encargo de traer de todo. Desde merluza, pescada, pejerrey, tollo, reineta, congrio hasta albacora, que es como un pescado más fino. En cuanto a mariscos me la juego por choritos, almejas, picorocos choros salvajes e incluso, traigo cosas más delicadas. Así es que si me encargan con un pelito de anticipación, puedo traer hasta las cosas más rebuscadas.
-¿Qué planes tiene para el local Juan Pescado en el futuro?
-Gracias a Dios estoy como tuna gracias al caldo de cabeza de pescado que siempre me tomo, pero por la edad igual tengo algunos achaques así es que me dedico con menos intensidad al negocio. Pero el gran orgullo que tengo es que mi hijo Juan Eduardo y mi nieto Cristóbal son los que están perpetuando mi legado ahora. Así yo puedo descansar un resto luego de la ida del terminal para luego venir a trabajar como todos los días.


Olivos tiene más historias que las escamas de la reineta.

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