La receta del éxito de doña Jacinta

El querer darle un buen futuro a su hijo la impulsó a esforzarse por años para abrir su propio negocio

El menú con que recibe a la clientela lo conforman más de diez variedades de empanadas, sopaipillas y pastel de choclo.  

Fecha de publicación

2013-07-01

Escrito por


Makarena Zapata R. 


La pasión y el cariño que Jacinta Millao siente por la cocina se remontan a su infancia en la ciudad de Nueva Imperial, Región de la Araucanía. Allí aprendió las primeras nociones sobre ingredientes, aliños y preparaciones, algo que no pudo poner en práctica eso sí hasta después de muchos años.
Lo que pasa es que cuando era joven emigró a Santiago para trabajar como nana puertas adentro. Luego de varios de años bajo un intenso ritmo laboral, decidió que era hora de terminar sus estudios de enseñanza básica y media. Pidió permiso a sus patrones, tomó clases vespertinas y dio exámenes libres hasta que logró recibir estos certificados.
Pero no se quedó ahí. "Un día me puse a pensar en el futuro que quería para mi hijo porque los niños de la casa en donde trabajaba iban a la universidad. Yo soñaba con que algún día él también pudiera hacer lo mismo, pero entendí que con el sueldo que recibía me iba a ser imposible. Así es que me puse las pilas y cada fin de semana que tenía libre partía a una capilla de Las Condes donde me prestaban la cocina y yo hacía empanadas para venderlas a la salida de las misas, arriba de las micros y en las construcciones", rememora
Peso a peso, Millao pudo ahorrar hasta que estuvo en condiciones de dejar su labor como asesora y arrendar un local. Esos fueron los primeros pasos de El Palacio de Jacinta (www.elpalaciodejacinta.cl), donde se venden más de diez tipos de empanadas, además de calzones rotos, sopaipillas y colaciones.
-Oiga, y la pregunta del millón: ¿Su hijo finalmente pudo asistir a la universidad?
-Luego de mucho esfuerzo y más de alguna penuria, sí. Él ya tiene 20 años y va en tercer año de ingeniería informática. Por él fue que sentí el impulso de superarme, convertirme en microempresaria y capacitarme en cuanto curso de especialización pillé. Aprendí de marketing, computación, gastronomía, contabilidad y flujo de cajas, entre otras cosas. Gracias a esas herramientas pude formar "El Palacio de Jacinta".


"Gracias a que me capacité pude abrir mi propio negocio", dice doña Jacinta.

"Gracias a que me capacité pude abrir mi propio negocio", dice doña Jacinta.

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