Todos los caminos para gozar el mazapán
Brazos de reina, alfajores, bombones y tortas
"Siento que aún existe mucha ignorancia frente a este dulce", comenta la emprendedora Patricia Hevia.
Fecha de publicación
2013-06-24
Escrito por
Makarena Zapata R.
Un montón de almendros distribuidos en el patio de una parcela ubicada en la localidad de Santa Ana de Chena marcó el inicio del dulce emprendimiento desarrollado por Patricia Hevia. En ese tiempo esta actual microempresaria había dado luz a mellizos, y lo que más quería, era pillar una idea de negocios que le permitiese trabajar desde su casa.
"Al ver todas esas almendras tiradas en el patio de mi parcela un día se me ocurrió hacer algo productivo con ellas y de inmediato se me vino a la mente el mazapán. Como ya tenía el principal ingrediente entre mis manos, enseguida comencé a buscar recetas en libros, revistas y en todas las publicaciones culinarias que encontré. Así, de forma muy artesanal, elaboré mis primeras cositas de mazapán para venderlas al lado de la carretera en donde estaba mi parcela", rememora Hevia.
Aquel fue el puntapié de la microempresa denominada mazapán Santa Ignacia (www.santanignacia.cl), que lleva 28 en el mercado. Y aunque esta mujer partió vendiendo sus productos a todos los automovilistas que paraban entusiasmados por el cartel de "Se vende mazapán casero", Hevia pronto se mudó a Santiago para continuar con su negocio.
"Empecé a hacer cosas distintas que las típicas figuras de frutas de mazapán. Experimentando logré elaborar brazos de reina, bastones, alfajores, tortas, alfajores y bombones. Todo, 100% con mazapán natural. Igual hubo creaciones artesanales a las que les incluí manjar casero o panqueque para que el sabor fuese distinto y novedoso. Incluso, me atreví a hacer mazapán de pistacho y avellana europea", remata esta microempresaria.
-¿Es muy difícil trabajar con el mazapán?
-Yo diría que es cosa de paciencia. Lo que sí, ahora consigo las almendras con exportadores y por lo mismo, mis insumos siguen siendo de primerísima calidad. Pero uno de los secretos para hacer un mazapán más rico es hacerlo una misma. Hay que pelar bien las almendras y no molerlas tanto en las máquinas. Ese toque le da al mazapán mezclado con azúcar una consistencia más completa y no tan procesada.
-¿Qué metas ha podido alcanzar gracias a Santa Ignacia?
-Pude sacar adelante a mi familia, convertirme en una microempresaria independiente y tener dos locales de Santa Ignacia. He podido crecer de a poquito con todo este tema del mazapán, pero siento que aún existe mucha ignorancia frente a este dulce. Eso es lo que me gustaría cambiar con mi emprendimiento porque somos un país productor de almendras, pero el mazapán no ocupa el mismo lugar en reconocimiento.
Los locales de Hevia se llaman Santa Ignacia.