Agricultora de Puerto Natales comenzó a cosechar quinoa en invernadero

Todavía está en una etapa experimental y ya ha obtenido cerca de 15 kilos

 

Pese a ser un grano nativo del altiplano de Los Andes, en Puerto Natales, la agricultora Julia Muñoz se la jugó por cultivar quinoa que plantó bajo invernadero, en su propia casa. Y por estos días, está en plena cosecha.
Su historia con este grano comenzó en 2019 cuando, tras participar en una capacitación en la Universidad de Santiago, recibió una bolsa con semillas. "Las tuve en mis manos y dije: 'bueno, ya que están aquí', y así empecé con 15 o 20 plantas, no tenía experiencia o conocimiento sobre ese cultivo. Y crecieron sin ningún problema", recuerda la agricultora.
Probó con los métodos de plantines y de siembra directa dentro de un pedacito del invernadero que tenía en su casa para hortalizas de consumo familiar. Fue así como también se percató que no era necesario ocupar primero plantines, esperar que crezcan, y luego hacer el trasplante.
En su terreno, posee ocho invernaderos más destinados a la venta de distintos productos. Por ejemplo, anteriormente, tuvo frutillas y fue primera en la zona en crear un sistema de mesas para el cultivo de esta fruta, con riego tecnificado. La iniciativa la compartió y actualmente muchos utilizan estas mesas en la zona.
"Aquí hay mucho viento, por eso nosotras trabajamos bajo plástico, ya que de esa forma les generamos mejores condiciones a los cultivos, salvo las papas, las zanahorias, las arvejas, los ajos y las habas, que sí resisten el clima", explica Muñoz, quien antes de vivir en el extremo sur, residió en Santiago, y se desempeñó como camarógrafa, oficio que no dejó del todo, ya que en algunos momentos le resultó difícil sostenerse económicamente solo con la agricultura.
La planta -agrega- puede crecer hasta 1.80 o 2 metros, por eso, con las ráfagas de 80 o 100 km/hr., que se generan en la Región de Magallanes, se dañarían. "A medida que estas plantas tan bonitas iban creciendo, pensaba en las ganas que tenía en poner un invernadero de 160 metros cuadrados con quinoa, para vender y así lo hice", detalla.
Recién esta temporada que está terminando pudo tener un invernadero completo destinado a este grano. "Estoy en una etapa experimental, porque en la medida que iba avanzando en la cosecha me daba cuenta que todavía habían hojas verdes y, para hacer la trilla, la planta tiene que estar completamente seca. Llevo como 15 kilos, pero me falta todavía, esto es un ensayo", agrega.
Le falta analizar, también, a cuánto se vende la quinoa en Puerto Natales y de dónde proviene, para evaluar la viabilidad comercial del suyo.
En todo este proceso, la agricultora recibió el apoyo de Indap, a través de su Servicio de Asesoría Técnica (SAT), que le permitió contar con la trilladora para la quinua, una maquinaria clave. "Antes de tenerla tenía que cosechar, luego separar el grano de la panoja, y eso ahora lo hace la máquina", detalla. El costo fue de $1.209.100, con cofinanciamiento del servicio y un aporte suyo.
 

"Estoy en una etapa experimental", rconoce Julia Muñoz.