Una empresa familiar que no le tuvo miedo al cambio
Agrovive dejó de lado el campo y pasó a los invernaderos para cultivar tomates
En esta nueva etapa han incorporado varias iniciativas amigables con el medio ambiente como el uso de paneles solares y colmenas de abejas para promover la polinización natural de las plantas.
Fecha de publicación
2021-04-26
Escrito por
Ciro Colombara C.
En una sola temporada Agrovive, la empresa de la familia Durán Retamal aumentó de forma considerable su producción de tomates. ¿Cómo lo hizo? Podríamos decir que la fórmula estuvo en no tenerle miedo al cambio, atreviéndose a incorporar una tecnología que se utiliza bastante en el norte del país pero que no es común en su región (La Araucanía).
Sin duda un gran desafío para Igor Durán, quien se dedica hace 25 años a la producción de tomates. "Partí con pequeñas superficies y fui creciendo poco a poco cada temporada. Si bien estábamos produciendo un promedio de 30.000 toneladas al año, con las plantaciones al aire libre se generaba un alto porcentaje de pérdida, de aproximadamente el 50%. Ahora hago este proceso en invernaderos y a la fecha ya hemos comercializado 35.000 toneladas y esperamos alcanzar las 40.000. Para la temporada 2022 nos hemos puesto la meta de llegar a las 100.000 toneladas".
Durán cuenta que el cambio climático fue uno de los grandes factores que los llevó a buscar alternativas. "Antes era más sencillo producir la tierra, las estaciones del año estaban bien definidas y a la vez existían menos enfermedades y plagas que afectaban las producciones. Hoy todo es más impredecible, a veces con altísimas temperaturas, otras veces con heladas, lluvias con granizo y fuertes vientos. Todo eso se puede controlar de mejor manera con una producción en invernadero, contando con un calendario adecuado de abono y riego y por supuesto asesoría profesional. Nosotros tenemos seis naves de 550 metros cuadrados, lo que significa una superficie total construida de 3.300 metros cuadrados".
-¿Cuáles han sido los principales cambios que ha traído trabajar en invernaderos?
-Cambia, por ejemplo, la temporada de producción y comercialización. Al trabajar al aire libre era de 60 días y ahora duplicamos ese período. Cabe mencionar también que hemos incorporado al proceso varias iniciativas amigables con el medio ambiente, como colmenas de abejas para promover la polinización natural de las plantas y un sistema de extracción de agua con una bomba de riego que funciona con paneles solares.
Igor Durán detalla que a todo lo anterior se suma un cambio en el tipo de tomate que trabajan, "ya que al aire libre solo se puede producir tomate estructural, que tiene una durabilidad de ocho días como máximo. El invernadero brinda la posibilidad de producir variedades indeterminadas de larga vida -como Alamina- que pueden mantener sus condiciones por 20 o 25 días".
-Oiga, ¿y qué rol cumple cada integrante de la familia?
-La mayoría de las tareas son compartidas por todos los miembros de la familia -mi esposa
Bernardita, mis hijos Mákaren, Valeria y Branco-, principalmente en el período de preparación de la tierra y plantación. Luego, en la temporada de producción, contamos con colaboradores para la cosecha.
En esta reconversión, Agrovive ha contado con importantes apoyos ya que su proyecto es financiado por el gobierno regional de La Araucanía, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA). El director ejecutivo de este organismo, Álvaro Eyzaguirre, dice que "es muy alentador que existan casos de éxito en cada una de las regiones, más aún cuando se buscan alternativas amigables con el medio ambiente, como por ejemplo el sistema de riego sustentable. Se trata de un gran desafío cumplido para la Agricultura Familiar Campesina en Renaico".
"La mayoría de las tareas son compartidas por todos los miembros de la familia", dice Igor Durán.
Con este nuevo método, los Durán Retamal pueden tener más control sobre las plantaciones.