Luis Villalón siembra solo buenas ideas
Agricultor de la comuna de Puchuncaví vende zapallos y calabazas ornamentales
Tan llamativo como el rubro al que se dedica es el "local" que tiene para vender sus productos, una antigua micro que compró hace algunos años a muy buen precio.
Fecha de publicación
2015-08-24
Escrito por
Ciro Colombara C.
Para innovar, la creatividad es muchas veces más importante que el dinero. Y las buenas ideas son algo que le sobran a Luis Villalón, agricultor de la comuna de Puchuncaví (Quinta Región) que llama la atención por el tipo de productos que cosecha, el punto de venta que diseñó para venderlos y hasta por lo particular de su socio, llamado Roberto.
Partamos por sus productos. Hace cuatro años, en una conversación cualquiera, salió el tema de los zapallos y calabazas ornamentales. Don Luis no tenía idea de qué se trataba y, averiguando poco a poco más detalles, pensó que podía ser una actividad interesante. "Se trata, eso sí, de semillas que no se consiguen en cualquier lugar. Como yo conozco hartas personas, algunas que vienen a lugares como Marbella y que tienen hartos recursos, conversé con ellas y por ahí cuando volvían de sus viajes me empezaron a traer algunas semillas. Las planté en mi chacra orgánica y con el tiempo he ido aumentando la producción".
Villalón agrega que de estas semillas salen calabazas y zapallos de distintas formas, tamaños y colores, "que son bien llamativos. A mucha gente le gusta adornar la casa con cosas fuera de lo común y estos productos son ideales, dan un toque especial a la decoración. Además, son de larga vida porque, por ejemplo, las calabazas tienen una duración indefinida" (teléfono de contacto 9-1824219).
Cuando no está en la carretera comercializando sus productos, es posible ubicar a este agricultor en su chacra orgánica. "Durante el año vendemos alrededor de cuatro mil unidades, de doce variedades. Tenemos mates, calabazas y zapallos para adornar los hogares, que son nuestra especialidad, pero también ofrecemos semillas orgánicas, miel y algunas hortalizas como acelga y cilantro. Esta diversificación de productos es para hacerle frente a la sequía, que ya lleva ocho años golpeando a la zona central del país".
Tan especial como el rubro al que se dedica este agricultor es el local que tiene para atender a su clientela: una antigua micro ubicada en el sector El Rungue de Puchuncaví (carretera F-30 E). "La encontré hace un tiempo en un terminal de buses, cuando las dan de baja es posible comprarlas a buen precio. Pensé que sería una buena idea adaptarla para vender mis productos, es que en el mundo de los negocios hay muchas cosas repetidas y yo pienso que ayuda tener una propuesta diferente".
-¿Ha recibido ayuda para desarrollar su emprendimiento?
-Sí, por ejemplo por parte de Indap. Estoy muy conforme con el apoyo que me ha prestado ese organismo y creo haber aprovechado al máximo cada una de las cosas que he recibido, tanto información como la parte material.
La ayuda a la que se refiere Don Luis partió hace 12 años, cuando se integró al Programa de Desarrollo Local (Prodesal) que lleva a cabo en Puchuncaví y ha contemplado entre otras cosas asesorías técnicas, incentivos y hace poco la adjudicación de una bodega que le permite guardar sus productos.
-¿Y cuáles son sus proyectos a corto plazo?
-La verdad es que van más por el lado personal que por el comercial...es que ando buscando pareja. ¿Puedo pasar un avisito? Ponga ahí "hombre soltero de 48 años, con poco kilometraje, desea conocer dama para fines serios". Me pueden contactar a mi teléfono, eso sí solo las interesadas, nada de llamar por curiosidad. No todo son negocios, me gustaría encontrar a alguien que quiera emprender sentimentalmente.
Burro, pero con excelente carácter
H ace cinco años, Luis Villalón conoció al que se convertiría en su partner de negocio y también gran amigo, el burro Roberto. "Fui a una feria de animales y encontré a un burrito que tenía una herida en su pata trasera, nada grave eso sí. Lo compré con la idea de enseñarle el trabajo de cultivar la tierra pero la primera vez que le puse los aperos ya sabía lo que tenía que hacer. ¡Venía con la profesión lista! Yo creo que fue el destino, ese burro me estaba esperando".
-¿Lo ve como un gancho para atraer clientela?
-Es un buen amigo, trabaja bien, tiene buen carácter -igual que yo- y también llama la atención de la gente. Somos inseparables, vamos juntos a todas partes.
"Yo vendo calabazas y zapallos de diversas formas, colores y tamaños", explica Luis Villalón.