En la feria le sacan provecho al otoño

Así María Rojas tiene contenta a su clientela

Nada de productos importados. Se trata de ropa que esta comerciante elabora en su casa-taller utilizando un telar.  

Ciro Colombara C. 

"Esto es algo que me permite ofrecer un producto atractivo en la feria y que, a la vez, me hace muy bien ya que me relaja". Así se refiere María Rojas a la actividad que lleva a cabo en su casa-taller y cuyo resultado son abrigadoras prendas de vestir de factura artesanal. "No se trata de cosas que teja con palillos sino que utilizo un telar. ¿Cómo aprendí a usarlo? Por intermedio de la ASOF. Lo que pasa es que hay proyectos que la asociación se gana y que le permiten a uno como comerciante optar a distintos cursos con el objetivo de abrirse a nuevas áreas de negocio. A mí me llamó la atención el telar porque era algo fuera de lo común, una forma de trabajo que acá en Santiago casi no se ve".
-¿Cuánto tiempo le tomó aprender a tejer con telar?
-Para lo básico se necesita como una semana, pero luego hay que aprender a trabajar los detalles de una prenda, sus terminaciones y las distintas formas. Diría que ya en un mes uno se hace un panorama más completo de cómo trabajar. Bueno, y el resto lo aporta la práctica.
-O sea que al principio debe haber vestido a toda la familia con sus tejidos....
-Hasta la tetera la tenía con su gorrito para poder agarrarla sin quemarme (Risas). La verdad es que hay que practicar bastante para que las prendas vayan quedando cada vez mejor. ¿Qué cosas tejo? Ponchos, algunos vestidos, chales y chaquetones, entre otras cosas. Se trata, generalmente, de ropa para mujer, que vendo en la feria La Capilla en la comuna de Cerro Navia, donde me pongo los días viernes.
María Rojas dice que sus productos llaman mucho la atención de la gente que va a la feria libre. "Lo que pasa es que se valora mucho todo lo que sea hecho a mano. A la vez, tienen mucho éxito porque estamos hablando de ropa que es mucho más calientita y abrigadora.
-¿Y por dónde van los gustos de la gente?
-Obviamente, todos queremos vestirnos con cosas que tengan un cierto sello así que me preocupo de ir variando los diseños para que después no se encuentren dos señoras en la calle con la misma prenda (risas). En cuanto a colores, el más pedido es el negro. Lo que pasa es que combina con todo y, además, es gusto tanto de jóvenes como de adultos. ¿Cuáles son los precios? Los chales están entre $8.000 y $10.000, tengo abrigos cortos a $16.000 y los vestidos cuestan $15.000"
-¿Y ha creado alguna marca para su ropa?
-Fíjese que no tengo. Varias personas me han aconsejado que cree una marca y les ponga a mis prendas una etiqueta para darme a conocer. Es una idea que anda por ahí dando vueltas.

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Más variedad en las ferias libres


La diversificación de los rubros es algo que la Confederación de Ferias Libres (ASOF C.G.) ha impulsado con fuerza, con el objetivo de hacerlas un lugar mucho más atractivo y donde se pueda encontrar una amplia variedad de productos.
Las cifras que entrega dicho gremio apuntan en ese sentido, ya que en la actualidad un 60% de los puestos se enfoca en la venta de alimentos y el 40% restante apunta a articulos del hogar y otros enseres.



 

A María Rojas le han aconsejado crear su marca propia.

Ponchos, vestidos y chales salen del taller a la feria.