El feliz aniversario de Popeye: "Estamos en todos los puntos de venta de Chile"

Gerente comercial repasa los 75 años de la popular marca

La marca cuenta con un formato de 12 unidades, ideal para mayoristas y almaceneros.  

"Nosotros creamos la categoría de detergente hipoalergénico", afirma Pablo Maritano, gerente comercial de la firma.
Un clásico de almacenes de barrio, que luego ingresó a supermercados, y que está presente en los hogares chilenos por alrededor de 75 años. Se trata de la barra para lavar ropa Popeye, producida por Miguel Maritano Industria de Jabones S.A.Con el tiempo, la marca fue añadiendo más productos a su portafolio, como detergentes en polvo y en formato líquido, lavalozas y ahora también un jabón potásico para limpiar árboles, que busca minimizar el daño medioambiental que generan los químicos utilizados en jardinería.
La historia de la fábrica se remonta a 1949, cuando el italiano Miguel Maritano Amedeo, junto a su sobrino, Miguel Maritano Moltedo, decidieron producir jabones en Talcahuano, ya que detectaron una oportunidad en el creciente mercado del lavado de ropa de posguerra. Posteriormente, en 1960, Popeye lanzó el jabón puro en polvo, pensando en un formato más cómodo para la lavandería doméstica que se realizaba en bateas.
Según cuenta Pablo Maritano, gerente comercial de Miguel Maritano Industria de Jabones S.A., "mi abuelo partió fabricando jabones, ya que después de la Segunda Guerra Mundial, siempre se acababan este tipo de productos. Lo hizo en Talcahuano, porque allí llegó desde Turín, Italia. Era bien oscuro, medio ocre, me imagino que usaron aceite de pescado. Dice la historia que buscando un color llegaron a una tonalidad media verde (luego surgió el producto blanco). Ahí está la relación entre la espinaca y Popeye, que era marinero y nosotros somos del puerto de Talcahuano".
"Este jabón nunca nos ha abandonado. Sigue siendo un producto transversal, comprado en ciudades tan distintas como Arica, Las Condes y Chiloé, porque es un buen desmanchador de ropa económico. Por eso también hicimos un libro con historias de todo el país con relación al jabón Popeye. Siempre digo que, si se quiere ahorrar en limpieza, se puede remojar la prenda antes (de meter a la lavadora) con Popeye. Además, es suave con la piel y tampoco daña las telas. Es un aliado contra un presupuesto familiar ajustado", detalla Pablo Maritano.
"En supermercados, usualmente, compran el formato de dos unidades y tenemos una caja especial de 12, del blanco y el Marsella verde, para locales mayoristas y almaceneros, en caso de que no quieran adquirir la de 40", precisa. "El clásico verde es muy utilizado en el sur, por ejemplo, por los mecánicos para limpiar overoles y en el campo", agrega.
¿Por qué en esa zona todavía se vende más la barra verde?
"Tiene 75 años y la gente del sur es súper conservadora, con ese jabón lavan desde la ropa, pasando por los platos, las manos y las ollas".
¿Cómo ha enfrentado la competencia de jabones y detergentes extranjeros?
"Estamos en todos los puntos de venta de Chile. Ahora, cualquiera puede importar. Sin embargo, nosotros estamos recomendados por ser hipoalergénicos y ya somos parte del lenguaje de los chilenos, que asimila Popeye con jabón. No podríamos competir con el mismo producto con una empresa gigante, por tal motivo, creamos un concepto: 'Popeye, el N° 1 en el cuidado de la piel, somos hipoalergénicos y estamos certificados'. Nosotros creamos la categoría de detergente hipoalergénico. Es biodegradable, libre de testeo animal y está elaborado con aceites vegetales".
¿Cuándo dieron el paso de lanzar Popeye en formato de detergente de ropa?
"Mi abuelo, buscando más alternativas para crecer, detectó en 1960 que estaban recién llegando las lavadoras, se planteó hacerlo en polvo, rallando el jabón sólido, como si fuera un queso. Le fue bastante bien. Luego, en 1970, la fábrica sacó uno de tocador que se comercializa bajo el nombre de Gisselle. En 1980 la familia se vino a Santiago para atender directamente a los clientes. Diez años más tarde lanzamos el detergente hipoalergénico líquido para la ropa de bebé, también tenemos en polvo. Ese fue el gran salto, porque la gente buscaba algo para las máquinas automáticas".
Añade que a comienzos de los años 2.000 decidieron utilizar envases doypack, en detergentes de 200 y 800 ml, de 1 y 3 litros y en jabones líquidos, de 1 litro. "A través de distribuidores mayoristas vendemos formatos de 800 ml, entre otros, y también nos compran de 3 litros, porque, por ejemplo, nos cuentan que los clientes de las ferias prefieren este último, ya que les permite ahorrar", detalla.
"El último lanzamiento fue un jabón potásico orgánico, para sacar la tierra de los árboles. Lo distribuimos en bidones de 200, 20 y 1 litro. Hoy existe una fuerte tendencia a optar por productos con menor carga química", agrega.

"Existe una fuerte tendencia a optar por productos con menor carga química", dice Pablo Maritano.

La relación con Poyeye es el puerto de Talcahuano.